SANTA CRUZ DE TENERIFE (La Opinión) "Será beneficioso seguro tanto para los comercios como para todos los vecinos del pueblo. Estamos muy contentos con este nuevo proyecto". Óscar Plasencia, uno de los propietarios del restaurante Ramón, se mostraba ayer así de satisfecho con el proyecto de restauración de la avenida Marítima de San Andrés, que fue presentado por el Ayuntamiento de Santa Cruz el pasado lunes y por el que se eliminará la rambla central en el acceso al barrio, se unirán los cuatro carriles para vehículos y se construirá un paseo peatonal de nueve metros de ancho junto al espigón.
Tanto él como su hermano Ramón, otro de los propietarios de la marisquería, confían en que las obras estén listas antes de verano, como está previsto. "Perderemos clientes en Semana Santa porque estará toda la calle levantada, pero si no tardan más de tres meses, nuestras ventas aumentarán este verano entre un 20 y un 30%", explicó Ramón. Para estos hermanos, lo más positivo es la construcción de casi un centenar de aparcamientos en la zona, tras la eliminación de la rambla central que dividía los dos sentidos de circulación de automóviles.
Tamara Suárez, propietaria de una de las panaderías de la zona, valoró también positivamente los cambios en el acceso a San Andrés. "El pueblo está muerto porque vivimos del turismo y la gente no viene a comer porque no tiene dónde aparcar. Si se construyen aparcamientos, podremos recuperar clientes y sacar adelante a San Andrés", manifestó Suárez.
Los vecinos de este barrio costero agradecieron a las autoridades la realización de estas obras. Según Gabriel Rodríguez, portavoz de la Asociación de Vecinos El Pescador, "si se cumplen las previsiones, es un proyecto muy satisfactorio para vecinos y visitantes, ya que las nuevas infraestructuras resultarán mucho más útiles que las que teníamos hasta el momento, sobre todo por la instalación de aparcamientos", subrayó.
Por otro lado, Gabriel Rodríguez aseguró que los habitantes de San Andrés confían en la eficacia del nuevo espigón que se construyó en el litoral tras las últimas inundaciones, para evitar que un temporal acabe con este paseo peatonal. "Ahora hay que comprobar si el espigón da resultado, mientras esperamos que finalmente se construya el dique semisumergido, que es la solución definitiva para evitar que las olas entren a la avenida y causen daños, como ha ocurrido tantas veces", apuntó.
Son muy pocos los que se oponen a la reconstrucción de la avenida. Consideran prioritario dar una respuesta al problema de las inundaciones con la construcción del tan ansiado rompeolas. "Lo del paseo es un dinero perdido. Lo primero que hay que hacer es solucionar el problema que tenemos cada vez que hay un temporal, pues llevamos años detrás de una respuesta y siempre nos dicen que no hay dinero", opinó Jesús Hernández, pescador de San Andrés, para concluir: "No vamos a ver nunca la solución, que es lo primero que debería preocupar a las autoridades".
Ismael Hansen vive en una chabola frente a la cofradía de pescadores de San Andrés. "Cualquier cosa que hagan en esta avenida se lo va a llevar el agua, porque las olas escalan y sobrepasan incluso el nuevo espigón. Cada vez que hay temporal se inunda todo esto e incluso hasta la plaza del pueblo", explicó Hansen. Por otro lado, este vecino no confía en que haya espacio suficiente para llevar a cabo este proyecto con solo eliminar la rambla central de la avenida y juntar los cuatro carriles. "Seguro que ganarán terreno al mar para construirlo. Se van a cargar la costa y el pueblo entero", afirmó Ismael.
Por su parte, Leonardo Rebollo, vecino de San Andrés, piensa que "lo que quiere el Ayuntamiento es construir una auténtica autopista para unirla con la glorieta grande que separará la playa del pueblo. Nos están aislando cada vez más de Las Teresitas, que es lo único que tiene el pueblo para sobrevivir, gracias al turismo".
Tanto él como su hermano Ramón, otro de los propietarios de la marisquería, confían en que las obras estén listas antes de verano, como está previsto. "Perderemos clientes en Semana Santa porque estará toda la calle levantada, pero si no tardan más de tres meses, nuestras ventas aumentarán este verano entre un 20 y un 30%", explicó Ramón. Para estos hermanos, lo más positivo es la construcción de casi un centenar de aparcamientos en la zona, tras la eliminación de la rambla central que dividía los dos sentidos de circulación de automóviles.
Tamara Suárez, propietaria de una de las panaderías de la zona, valoró también positivamente los cambios en el acceso a San Andrés. "El pueblo está muerto porque vivimos del turismo y la gente no viene a comer porque no tiene dónde aparcar. Si se construyen aparcamientos, podremos recuperar clientes y sacar adelante a San Andrés", manifestó Suárez.
Los vecinos de este barrio costero agradecieron a las autoridades la realización de estas obras. Según Gabriel Rodríguez, portavoz de la Asociación de Vecinos El Pescador, "si se cumplen las previsiones, es un proyecto muy satisfactorio para vecinos y visitantes, ya que las nuevas infraestructuras resultarán mucho más útiles que las que teníamos hasta el momento, sobre todo por la instalación de aparcamientos", subrayó.
Por otro lado, Gabriel Rodríguez aseguró que los habitantes de San Andrés confían en la eficacia del nuevo espigón que se construyó en el litoral tras las últimas inundaciones, para evitar que un temporal acabe con este paseo peatonal. "Ahora hay que comprobar si el espigón da resultado, mientras esperamos que finalmente se construya el dique semisumergido, que es la solución definitiva para evitar que las olas entren a la avenida y causen daños, como ha ocurrido tantas veces", apuntó.
Son muy pocos los que se oponen a la reconstrucción de la avenida. Consideran prioritario dar una respuesta al problema de las inundaciones con la construcción del tan ansiado rompeolas. "Lo del paseo es un dinero perdido. Lo primero que hay que hacer es solucionar el problema que tenemos cada vez que hay un temporal, pues llevamos años detrás de una respuesta y siempre nos dicen que no hay dinero", opinó Jesús Hernández, pescador de San Andrés, para concluir: "No vamos a ver nunca la solución, que es lo primero que debería preocupar a las autoridades".
Ismael Hansen vive en una chabola frente a la cofradía de pescadores de San Andrés. "Cualquier cosa que hagan en esta avenida se lo va a llevar el agua, porque las olas escalan y sobrepasan incluso el nuevo espigón. Cada vez que hay temporal se inunda todo esto e incluso hasta la plaza del pueblo", explicó Hansen. Por otro lado, este vecino no confía en que haya espacio suficiente para llevar a cabo este proyecto con solo eliminar la rambla central de la avenida y juntar los cuatro carriles. "Seguro que ganarán terreno al mar para construirlo. Se van a cargar la costa y el pueblo entero", afirmó Ismael.
Por su parte, Leonardo Rebollo, vecino de San Andrés, piensa que "lo que quiere el Ayuntamiento es construir una auténtica autopista para unirla con la glorieta grande que separará la playa del pueblo. Nos están aislando cada vez más de Las Teresitas, que es lo único que tiene el pueblo para sobrevivir, gracias al turismo".
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