lunes, 18 de febrero de 2013

Una academia para reposteros

La tienda Tea & Baking imparte cursos de pastelería americana para todas las edades 

  ) En el callejón del Espacio Aguere, entre montones de locales abandonados y con rejas, una enorme cocina, luminosa y moderna en plena calle, llama la atención de los viandantes, que se detienen a observar lo que se cuece en su interior. Se trata de la academia de repostería Sweet Factory, que han puesto en marcha una pareja de emprendedores para formar a los laguneros en la elaboración de los postres americanos más conocidos y suculentos.
Sweet Factory es una sucursal de la tienda de productos para pastelería Tea & Baking, ubicada en la calle Capitán Brotons, que se inauguró en junio del año pasado por iniciativa de Mariona Romero, una barcelonesa con familia en la Isla. "Yo le tenía que enviar a mi hermana desde la ciudad Condal productos especiales para repostería que aquí no encontraba, por eso se nos ocurrió montar la empresa en La Laguna, ya que era uno de los mercados que aún faltaban por cubrir", explica la dependienta.

Tanto ella como su socio Alonso Suárez se dedicaban en aquel momento a otras profesiones y lo dejaron todo para volcarse por completo en su nueva empresa. "Hasta ahora y después de seis meses, no hemos ganado ni un duro para nosotros porque todo lo hemos invertido en sacar adelante este proyecto y que nuestra idea es que siga creciendo", detalló Suárez, para añadir que "nuestro objetivo es abrir una nueva academia en La Orotava y ampliar la oferta, por ejemplo, a cursos de pastelería básica para aprender a hacer un bizcocho o una crema pastelera y talleres monográficos sobre los postres clásicos, como la cheesecake o el brownie".

Tras crear la tienda, los empresarios se decidieron a montar la primera academia de repostería del municipio, que abrió el pasado mes de enero. "Surgió a raíz de las demandas de propios clientes, que compraban los productos en nuestro comercio y querían aprender a elaborar con ellos las recetas de los postres típicos americanos", indica Romero.

Tea & Baking se ha popularizado en el municipio por sus precios asequibles y por disponer de condimentos y artículos exclusivos y de difícil adquisición, importados desde la Península, Holanda, Inglaterra e incluso EEUU. Entre ellos figuran colorantes, esencias, harinas especiales, complementos para meriendas y desayunos y el robot de cocina más preciado para los amantes de la repostería, la Kitchen Aid, que cuesta 565 euros. Además, la tienda dispone de ingredientes específicos para celíacos, una alta gama de cavas catalanes y refrescos americanos auténticos, como la Coca-Cola de vainilla.

La mayoría de los productos rondan los seis euros, aunque pueden encontrarse algunos por tres. Todos ellos se emplean en los cursos que se imparten en la academia. En los talleres tienen cabida alumnos de todas las edades, distribuidos en grupos de ocho personas y en dos niveles: principiante y medio-avanzado. Uno de los más exitosos está pensado para que los niños de cinco a ocho años aprendan a cocinar junto con sus padres, y dura dos horas y media. Los cursos para adultos se prolongan de cuatro horas y media a seis y su precio oscila entre los 55 y los 75 euros.

Un grupo de seis reputados profesionales imparte las clases para aprender a elaborar cupcakes, cakepops –chupetes de bizcocho y chocolate–, tartas decoradas, macarons e incluso panes. La oferta se adapta mensualmente a la demanda que exista. Actualmente y hasta que surja más clientela, los cursos se imparten de jueves a domingo, mientras que el resto de los días se destinan a clases concertadas a medida por grupos de seis personas, del tipo y a la hora que ellas mismas elijan, por un precio conjunto de 300 euros.

Según Mariona Romero, "los clientes suelen quejarse de que en los cursos que han hecho en otros sitios se les enseña a decorar, pero no la receta base, mientras que nosotros mostramos el producto desde los ingredientes hasta que se sirve en el plato". Yazira Ledesma, de ocho años, participó en un taller para elaborar cakepops. Su madre, Joana Ramallo, se decidió a apuntarla porque "le gusta mucho la repostería". "Siempre me ayuda a cocinar en casa, así que está muy contenta e ilusionada de poder participar en este tipo de iniciativas", declara Ramallo.

Raúl y Julia González también se inscribieron en el taller. "Él es el segundo curso en el que participa y acabó muy contento con el anterior, porque pasan un rato muy divertido", indica su madre, Maite Acosta.

Alonso Suárez confiesa que parte del secreto de su éxito es que "todos los utensilios y electrodomésticos que utilizamos durante las clases son los que tiene todo el mundo en casa". "La gente sale muy contenta, tanto que tenemos clientes que vienen incluso desde el Sur", subraya. Entre sus próximos objetivos están el de homologar los cursos y que el Ayuntamiento de La Laguna subvencione parte de la actividad, ya que, para el empresario "nuestra academia es como un aparcaniños mientras los padres pueden ir de compras por el casco".

 

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