Una academia para reposteros
La tienda Tea & Baking imparte cursos de pastelería americana para todas las edades
ALBA BLANCO (La Laguna)
En el callejón del Espacio Aguere, entre montones de locales abandonados
y con rejas, una enorme cocina, luminosa y moderna en plena calle,
llama la atención de los viandantes, que se detienen a observar lo que
se cuece en su interior. Se trata de la academia de repostería Sweet
Factory, que han puesto en marcha una pareja de emprendedores para
formar a los laguneros en la elaboración de los postres americanos más
conocidos y suculentos.
Sweet Factory es una sucursal de la tienda
de productos para pastelería Tea & Baking, ubicada en la calle
Capitán Brotons, que se inauguró en junio del año pasado por iniciativa
de Mariona Romero, una barcelonesa con familia en la Isla. "Yo le tenía
que enviar a mi hermana desde la ciudad Condal productos especiales para
repostería que aquí no encontraba, por eso se nos ocurrió montar la
empresa en La Laguna, ya que era uno de los mercados que aún faltaban
por cubrir", explica la dependienta.
Tanto ella como su socio
Alonso Suárez se dedicaban en aquel momento a otras profesiones y lo
dejaron todo para volcarse por completo en su nueva empresa. "Hasta
ahora y después de seis meses, no hemos ganado ni un duro para nosotros
porque todo lo hemos invertido en sacar adelante este proyecto y que
nuestra idea es que siga creciendo", detalló Suárez, para añadir que
"nuestro objetivo es abrir una nueva academia en La Orotava y ampliar la
oferta, por ejemplo, a cursos de pastelería básica para aprender a
hacer un bizcocho o una crema pastelera y talleres monográficos sobre
los postres clásicos, como la cheesecake o el brownie".
Tras
crear la tienda, los empresarios se decidieron a montar la primera
academia de repostería del municipio, que abrió el pasado mes de enero.
"Surgió a raíz de las demandas de propios clientes, que compraban los
productos en nuestro comercio y querían aprender a elaborar con ellos
las recetas de los postres típicos americanos", indica Romero.
Tea
& Baking se ha popularizado en el municipio por sus precios
asequibles y por disponer de condimentos y artículos exclusivos y de
difícil adquisición, importados desde la Península, Holanda, Inglaterra e
incluso EEUU. Entre ellos figuran colorantes, esencias, harinas
especiales, complementos para meriendas y desayunos y el robot de cocina
más preciado para los amantes de la repostería, la Kitchen Aid, que
cuesta 565 euros. Además, la tienda dispone de ingredientes específicos
para celíacos, una alta gama de cavas catalanes y refrescos americanos
auténticos, como la Coca-Cola de vainilla.
La mayoría de los
productos rondan los seis euros, aunque pueden encontrarse algunos por
tres. Todos ellos se emplean en los cursos que se imparten en la
academia. En los talleres tienen cabida alumnos de todas las edades,
distribuidos en grupos de ocho personas y en dos niveles: principiante y
medio-avanzado. Uno de los más exitosos está pensado para que los niños
de cinco a ocho años aprendan a cocinar junto con sus padres, y dura
dos horas y media. Los cursos para adultos se prolongan de cuatro horas y
media a seis y su precio oscila entre los 55 y los 75 euros.
Un
grupo de seis reputados profesionales imparte las clases para aprender a
elaborar cupcakes, cakepops –chupetes de bizcocho y chocolate–, tartas
decoradas, macarons e incluso panes. La oferta se adapta mensualmente a
la demanda que exista. Actualmente y hasta que surja más clientela, los
cursos se imparten de jueves a domingo, mientras que el resto de los
días se destinan a clases concertadas a medida por grupos de seis
personas, del tipo y a la hora que ellas mismas elijan, por un precio
conjunto de 300 euros.
Según Mariona Romero, "los clientes suelen
quejarse de que en los cursos que han hecho en otros sitios se les
enseña a decorar, pero no la receta base, mientras que nosotros
mostramos el producto desde los ingredientes hasta que se sirve en el
plato". Yazira Ledesma, de ocho años, participó en un taller para
elaborar cakepops. Su madre, Joana Ramallo, se decidió a apuntarla
porque "le gusta mucho la repostería". "Siempre me ayuda a cocinar en
casa, así que está muy contenta e ilusionada de poder participar en este
tipo de iniciativas", declara Ramallo.
Raúl y Julia González
también se inscribieron en el taller. "Él es el segundo curso en el que
participa y acabó muy contento con el anterior, porque pasan un rato muy
divertido", indica su madre, Maite Acosta.
Alonso Suárez
confiesa que parte del secreto de su éxito es que "todos los utensilios y
electrodomésticos que utilizamos durante las clases son los que tiene
todo el mundo en casa". "La gente sale muy contenta, tanto que tenemos
clientes que vienen incluso desde el Sur", subraya. Entre sus próximos
objetivos están el de homologar los cursos y que el Ayuntamiento de La
Laguna subvencione parte de la actividad, ya que, para el empresario
"nuestra academia es como un aparcaniños mientras los padres pueden ir
de compras por el casco".
No hay comentarios:
Publicar un comentario