La capital estrena tres monolitos donde estaban las fortalezas que permitieron repeler a las tropas de Nelson y dos que honran a las mujeres que ayudaron a ganar a los ingleses
ALBA BLANCO (SANTA CRUZ DE TENERIFE)
La riqueza de la capital en fortalezas defensivas permitió a las tropas
locales del general Gutiérrez vencer a las del almirante británico
Horacio Nelson en la Gesta del 25 de Julio de 1797. Para que el valor
histórico de estos puntos estratégicos de la ciudad permanezca en la
memoria de todos los chicharreros, el Ayuntamiento de Santa Cruz, en
colaboración con la Autoridad Portuaria, instala monolitos
conmemorativos en los lugares donde se alzaban estas 15 fortalezas, para
dar a conocer a visitantes y vecinos uno de los episodios más
importantes de la historia de Santa Cruz.
Ayer se inauguraron
cinco de estas placas, cuatro de ellas en plena Vía Litoral, que se
suman a la del Castillo de San Andrés, la primera en colocarse el pasado
mes de julio como parte de los actos en conmemoración a la Gesta. El
acto contó con la presencia del alcalde de Santa Cruz, José Manuel
Bermúdez; el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero; el
presidente de la Autoridad Portuaria, Pedro Rodríguez Zaragoza; el
teniente general jefe del Mando de Canarias, Juan Martín Villalón, y el
presidente de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, José Manuel Ledesma.
Castillo del Santo Cristo de Paso Alto (1670). Escuela de Náutica de la ULL
Castillo del Santo Cristo de Paso Alto (1670). Escuela de Náutica de la ULL
Construido
en 1582 sobre un pequeño fortín, denominado Santo Cristo, cuando fue
reedificado en 1782 pasó a ser el segundo castillo en importancia del
Puerto, puesto que estaba en el lugar exacto donde las corrientes y los
vientos dominantes obligaban a los barcos a pasar muy cerca de la costa.
En los ataques de las escuadras británicas, fue muy castigado por la
artillería de los buques enemigos.
Disponía de dos plataformas. La
superior contaba con 11 cañones, bajo las órdenes del capitán Vicente
Rosique, mientras que la inferior, con cuatro piezas, la mandaba el
teniente Tomás Hernández. Su guarnición era de 55 artilleros.
En sus dependencias, el Ministerio del Ejército abrió en 1955 un museo dedicado a La Gesta del 25 de julio de 1797, pero 23 días más tarde fue vendido a la Junta de Obras del Puerto para que realizara el enlace viario que une la Dársena de Anaga con la del Este. Durante muchos años, en las cinco torneras de su explanada superior estuvo el cañón Tigre, de donde salió el disparo que dejó a Nelson sin un brazo, acompañado del Orible, Inbensible, Espanto y Torpe.
En sus dependencias, el Ministerio del Ejército abrió en 1955 un museo dedicado a La Gesta del 25 de julio de 1797, pero 23 días más tarde fue vendido a la Junta de Obras del Puerto para que realizara el enlace viario que une la Dársena de Anaga con la del Este. Durante muchos años, en las cinco torneras de su explanada superior estuvo el cañón Tigre, de donde salió el disparo que dejó a Nelson sin un brazo, acompañado del Orible, Inbensible, Espanto y Torpe.
En la actualidad, es de propiedad municipal y carece de uso. En 1951 fue declarado inadecuado para los fines de la defensa.
Fuerte de San Miguel (1656) Entrada al Club NáuticoConstruido en 1656, fue reformado en 1793 y reconstruido en 1860, en forma de torre circular de mampostería con una plaza de armas almenada. Para acceder a él, había que atravesar una rampa cortada por un puente levadizo.
Estaba situado en el margen izquierdo de la desembocadura del barranco de Tahodio, a unos 200 metros del Castillo de Paso Alto. Contaba con cuatro cañones servidos por 27 artilleros bajo el mando del subteniente José Marrero. Su artillería fue responsable del hundimiento del Cutter Fox, cargado de tropas británicas y pertrechos cuando iban a desembarcar en las playas de Santa Cruz.
Fuerte de San Miguel (1656) Entrada al Club NáuticoConstruido en 1656, fue reformado en 1793 y reconstruido en 1860, en forma de torre circular de mampostería con una plaza de armas almenada. Para acceder a él, había que atravesar una rampa cortada por un puente levadizo.
Estaba situado en el margen izquierdo de la desembocadura del barranco de Tahodio, a unos 200 metros del Castillo de Paso Alto. Contaba con cuatro cañones servidos por 27 artilleros bajo el mando del subteniente José Marrero. Su artillería fue responsable del hundimiento del Cutter Fox, cargado de tropas británicas y pertrechos cuando iban a desembarcar en las playas de Santa Cruz.
El fuerte fue
destrozado por la crecida que sufrió el barranco de Tahodio durante el
temporal de 1826. Declarado inadecuado por la defensa en 1924, fue
entregado al Ministerio de Fomento en 1927 y cedido entonces al Real
Club Náutico de Santa Cruz para que construyera su sede social.
Campesina de San Andrés (1670). Frente a la Escuela de Náutica de la ULL
Campesina de San Andrés (1670). Frente a la Escuela de Náutica de la ULL
"En
homenaje al valor y decisión de la anónima campesina del Valle de San
Andrés", reza la placa. El monumento conmemora la excelente actuación de
la mujer agreste en la madrugada del 22 de julio de 1797, quien, cuando
llevaba sus productos a vender al mercado de Santa Cruz, al observar
que una nutrida flota de lanchas ocupadas por las tropas británicas
mandadas por el contralmirante Horacio Nelson se dirigía a tierra para
tomar por sorpresa el Castillo de Paso Alto, alertó a los soldados que
se encontraban en el Castillo de San Cristóbal del desembarco de los
ingleses por la Playa de Valleseco.
A base de piedras y gritos,
despertó a los guardias, que acto seguido dispararon tres cañonazos,
frustrando el primer ataque de los ingleses.
Batería de Santa Teresa (1779) Plaza Ingeniero Industrial ArrateEn este lugar existió una fortaleza circular, construida en 1779, que tenía la misión de batir la Playa de Los Melones, situada en una pequeña meseta entre las desembocaduras de los barrancos de Tahodio y Almeyda. Su asentamiento semienterrado la hacía poco vulnerable al fuego enemigo proveniente de la mar. Participó en la defensa frente a la escuadra británica del contralmirante Horacio Nelson con tres cañones y una guarnición de 12 artilleros al mando del cabo Manuel Afonso.
Batería de Santa Teresa (1779) Plaza Ingeniero Industrial ArrateEn este lugar existió una fortaleza circular, construida en 1779, que tenía la misión de batir la Playa de Los Melones, situada en una pequeña meseta entre las desembocaduras de los barrancos de Tahodio y Almeyda. Su asentamiento semienterrado la hacía poco vulnerable al fuego enemigo proveniente de la mar. Participó en la defensa frente a la escuadra británica del contralmirante Horacio Nelson con tres cañones y una guarnición de 12 artilleros al mando del cabo Manuel Afonso.
En 1858 fue declarada inadecuada para la defensa y los terrenos se vendieron a un particular.
Aguadoras de Santa Cruz (1670) Entrada al Club NáuticoEl hito de las aguadoras supone un homenaje "al valor y decisión de las intrépidas aguadoras de Santa Cruz de Tenerife". Estas, poniendo en riesgo sus vidas y bajo un sol abrasador, se ofrecieron voluntarias durante los días que duró el ataque para trepar por la escabrosa ladera del Cerro de la Altura que conducía a lo alto de la montaña de La Jurada, en Paso Alto, llevando agua y alimentos a los soldados y voluntarios tinerfeños que allí se encontraban, a la espera de comenzar la lucha contra las tropas de Horacio Nelson.
Gracias a ellas, los milicianos pudieron hacerles frente con mayor ímpetu e impidieron el avance hacia la población de las tropas británicas, haciendo que el enemigo retrocediera y reembarcara nuevamente en sus buques.
Aguadoras de Santa Cruz (1670) Entrada al Club NáuticoEl hito de las aguadoras supone un homenaje "al valor y decisión de las intrépidas aguadoras de Santa Cruz de Tenerife". Estas, poniendo en riesgo sus vidas y bajo un sol abrasador, se ofrecieron voluntarias durante los días que duró el ataque para trepar por la escabrosa ladera del Cerro de la Altura que conducía a lo alto de la montaña de La Jurada, en Paso Alto, llevando agua y alimentos a los soldados y voluntarios tinerfeños que allí se encontraban, a la espera de comenzar la lucha contra las tropas de Horacio Nelson.
Gracias a ellas, los milicianos pudieron hacerles frente con mayor ímpetu e impidieron el avance hacia la población de las tropas británicas, haciendo que el enemigo retrocediera y reembarcara nuevamente en sus buques.
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