ALBA BLANCO (La Opinión)
Más de cien laguneros se convirtieron ayer en protagonistas de los
thrillers más vendidos en Canarias. Se trata de la Trilogía de La
Laguna, obra del escritor Mariano Gambín, quien se ha inspirado en las
calles y monumentos más emblemáticos del casco para ambientar sus
novelas. Sus seguidores tuvieron la oportunidad de convertirse en
personajes de sus cuentos y recorrer estos lugares de la mano del autor,
quien les hizo partícipes de cada uno de los detalles reflejados en sus
libros mediante la lectura de algunos fragmentos.
La Plaza del
Adelantado es uno de los parajes mejor descritos por Gambín en sus dos
primeras novelas: Ira Dei (La ira de Dios) y El círculo platónico. El
escritor hace alusión a la fuente barroca que está en el centro, "triste
y sin agua"; a la Ermita de San Miguel, "flanqueada por dos edificios
modernos que tiñen el buen gusto del edificio"; a los bancos del piedra,
a los árboles de Laurel de Indias y los "arcos del edificio noble de
piedra gris del Ayuntamiento".
Para el escritor, la esquina de la
Calle La Carrera con esta plaza es "uno de los rincones más bonitos de
la ciudad" y uno de los más nombrados en sus novelas. Incluso en la
última, La Casa Lercaro, que aún no ha sido publicada. Mariano Gambín
deleitó a los asistentes con una primicia de esta obra que se refiere a
este punto de La Laguna "donde la ciudad rezuma historia y se asimilan
los detalles del casco a cada paso".
Por la calle paralela, Dean
Palahí, según el escritor "no ha pasado el tiempo. Es la que menos
modificaciones ha sufrido de toda la ciudad", asegura. Lo mismo ocurre
con la Catedral, que el novelista describe en su primer libro plagada de
grietas en la cubierta, andamios y señales de obra. A día de hoy, 18
meses después, el edificio sigue igual.
Sin embargo, es la Iglesia
de La Concepción uno de los espacios más recurrentes en sus dos
primeros libros. La tenebrosa torre de piedra negra del campanario es la
inspiración perfecta para una novela de suspense como la suya. Además,
Gambín describe perfectamente el olor a barniz del interior del templo,
su silencio y las sombras que dibujan sus altas columnas.
Además,
el escritor se detiene en la composición del púlpito de madera y en dos
detalles situados al final de la nave: la tumba de Andrés Yañes
Machado, sobre la que se dibuja una calavera; y la pequeña figura de San
Antonio Abad, que flanquea la esquina izquierda de la iglesia.
Ante la atenta mirada de los asistentes, quienes asentían con la cabeza en cada uno de los lugares que reconocían por los libros, Gambín desveló uno de los secretos menos conocidos de la Iglesia de Santo Domingo y que aparecerá en la última parte de la trilogía, que será publicada en verano de 2013. Se trata de la calavera que se sitúa sobre la tumba del pirata Amaro y que guiña un ojo, según el autor, "en señal de que esconde algo".
Mariano Gambín define La Laguna como "el lugar
perfecto para ambientar un thriller, por su misterio". El escritor
considera que el hecho de que nadie haya aprovechado esta posibilidad
para explotar una novela de estas características ha influido en el
éxito de su trilogía. "La Laguna está ahora mejor que nunca, incluso
para los santacruceros", bromea.
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