ALBA BLANCO (La Opinión)
El estruendo de los tambores y las trompetas de la banda del barrio
suena más fuerte en San Luis Gonzaga que en ninguna otra zona de La
Laguna. Desde la plaza pueden escucharse perfectamente los instrumentos
aunque los 30 niños que los manejan con soltura están a más de 200
metros de allí. Todo es debido a que tocan en plena calle, pues el
colegio donde hasta el momento ensayaban por las tardes cierra este
curso a partir de mediodía.
La Banda de Cornetas y Tambores
Awañak de San Luis Gonzaga acoge a niños y jóvenes de entre seis y 20
años de este barrio y los distritos aledaños, como San Matías o Taco.
Hasta hace seis años se trataba de una orquesta adulta. Fue entonces
cuando Eva Guillén y Juana Barreto, vicepresidenta y secretaria del
conjunto respectivamente, retomaron la iniciativa con un fin social, ya
que la mayoría de familias del barrio se encuentran en riesgo de
exclusión social. "Intentamos que sirva de entretenimiento a los chicos
para que no estén todo el día tirados en la calle sin hacer nada y que
vean en la música un hobby para ellos", explicó la vicepresidenta.
Hasta
hace dos años, el grupo ensayaba en las instalaciones del colegio San
Luis, pero el cese de las actividades extraescolares ha obligado a
cerrar el centro en horario de tarde, por lo que los chicos practican
dos horas por semana en plena Calle Luis Vives, donde la lluvia y el
frío fuerzan muchos días a suspender los ensayos. Juana Barreto afirma
que "hemos tenido que adelantarlos media hora para evitar el mal tiempo
en la medida de lo posible". Según la secretaria, "estamos cansados de
pedir al Ayuntamiento un local, pero de momento lo único que la
Concejalía de Juventud puede prestarnos es el uniforme y los
instrumentos". "Es difícil encontrar un espacio suficientemente grande y
donde no se moleste a los vecinos", añade Eva Guillén.
La banda
participa en pasacalles, procesiones, certámenes y cabalgatas infantiles
de todo el municipio. La batuta corre a cargo de Agoney Martín, un
joven aficionado a la música, autodidacta y antiguo componente del
conjunto adulto de Awañak.
Toma su testigo, entre otros, Arleen
Rodríguez, de 17 años y con cinco de experiencia en la banda. "Lo que
más me gusta es que la gente nos vea actuar, la amistad que aquí se crea
y, sobre todo, que esto nos permite conocer mucha gente". Tanay
Álvarez, que tiene 13 años, corrobora que "hay muy buen compañerismo
entre nosotros". "Nos divertimos mucho tocando juntos", concluye.
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