lunes, 2 de enero de 2012

La Casa de Venezuela proyecta el mayor jardín botánico de Canarias

LA LAGUNA (La Opinión) La Casa de Venezuela ha incluido entre sus proyectos para los próximos años la construcción, en la parte alta de su finca en La Laguna, del jardín botánico más grande del Archipiélago. Este acogerá, a largo plazo, una multitud de especies vegetales endémicas y autóctonas.

El nuevo jardín botánico contará con un bosque de laurisilva y una zona desértica. Los socios de la Casa de Venezuela pretenden recrear en él todos los espacios medioambientales característicos de las Islas. Este espacio natural estará atravesado por zonas de paseo y circuitos de atletismo con distintos niveles de dificultad. También se instalarán áreas de acampada y barbacoas para el deleite de los socios.

Por otro lado, dado el interés del Gobierno de Canarias por este tipo de espacios, la directiva del club pretende abrir su jardín botánico a las visitas de escuelas infantiles privadas de todo el Archipiélago. La propuesta, que cuenta con el apoyo de la Universidad de La Laguna y de toda la comunidad científica, se incluye dentro del nuevo Plan de Urbanismo del Ayuntamiento de La Laguna, que se encuentra en fase informativa, aún pendiente de su aprobación y publicación.
Pueden pasar años hasta que el proyecto final se haga efectivo, pero en 2012 se construirá la primera fase en la parte baja de la finca. Ésta consistirá en un vivero para las plantas madre de las especies que posteriormente se trasladarán al jardín botánico.

Además de este, la Casa de Venezuela tiene otros nuevos proyectos. Uno de ellos es la remodelación de la casa club, sede central de la institución, que incluye una zona de restaurantes. Por otro lado, sus socios quieren hacer del campo de fútbol un nuevo espacio de hierba artificial que incluya una zona multiusos.

La Casa de Venezuela cuenta aproximadamente con 1.150 accionistas, quienes, junto a sus familiares, que actúan de beneficiarios, suman los 3.000 usuarios actuales de las instalaciones de este complejo lúdico.

Actualmente, la Casa de Venezuela funciona como cualquier otro club privado, sin ningún punto de conexión determinado con el país del que toma su nombre. Todavía conserva entre sus socios a algunos de los fundadores venezolanos, pero la mayoría son vecinos nacidos en la zona metropolitana tinerfeña.

La institución no dispone hoy de acciones libres. Los interesados solo pueden convertirse en socios a través de la compra de aquellas participaciones que los propietarios pongan a la venta. Estos bonos deben estar avalados por otros dos accionistas y su venta debe ser aprobada por unanimidad por la junta directiva. En cuanto al precio de cada acción, existe un valor mínimo público, pero cada socio impone la cantidad que estima oportuna para la venta de su propiedad.

La Casa de Venezuela, situada en el barrio lagunero de San Bartolomé de Geneto, fue creada oficialmente el 11 de diciembre de 1974, por iniciativa del que entonces era cónsul general de Venezuela en Canarias, Jesús Marrero. Junto con otros socios vinculados a este país sudamericano, Marrero, con el objetivo de unir Venezuela con el Archipiélago, fundó esta institución como punto de reunión de los numerosos inmigrantes venezolanos que en aquella época existían en Canarias.

La finca sobre la que se construyeron las actuales instalaciones pertenecía a un terrateniente lagunero, cuya vivienda privada se situaba en la actual sede social del club. El resto del terreno le servía como zona de labranza.

Tras varios intentos de construir otro tipo de instalaciones, como un restaurante o un club de campo, Marrero consiguió imponer sus pretensiones y fue adquiriendo partes adyacentes a la finca, como las zonas donde se encuentran hoy en día la piscina o la casa club, hasta alcanzar su extensión actual, prácticamente incalculable.

Recientemente y tras dos años de trabajo, se ha llevado a cabo la aprobación del nuevo estatuto legislativo de la sociedad. Según su presidente, Enrique Baeza, se trata de "un reglamento completamente nuevo cuyos 81 artículos han sido estudiados y consensuados durante muchos meses de trabajo, para adaptarlos a la sociedad contemporánea".

En la nueva directiva, más joven que las anteriores, prima una mentalidad aperturista. Pretenden eliminar la concepción popular de la institución como un club elitista. "La Casa de Venezuela debe servir de vínculo entre los cargos públicos y la sociedad, desde el punto de vista cultural y recreativo", afirmó Enrique Báez.

Este lagunero comenzó en el club como beneficiario, ya que, cuando era niño, la Casa de Venezuela era el único club privado donde se impartían clases de tenis en La Laguna. "Mi padre se hizo socio para que yo pudiera aprender a jugar", explicó el presidente. Así ocurrió con el 90% de los que hoy son socios de la institución.

Actividades
Los equipos federados de las diferentes disciplinas, compuestos por los beneficiarios de los socios del club, compiten los fines de semana con otros clubes privados de las Islas. Viajan por todo el Archipiélago excepto a La Palma, donde no existen organismos de este tipo.

La mayoría de las actividades organizadas por la Casa de Venezuela están enfocadas a los socios. Sin embargo, muchos de los actos culturales que allí se celebran son a su vez jornadas de puertas abiertas para todos los interesados, como algunos conciertos o presentaciones literarias.

La piscina y sus alrededores, que incluyen gimnasio, jacuzzi, sauna y baño turco, son las instalaciones más usadas de la Casa de Venezuela. Casi medio millar de personas acuden a diario a disfrutar de ellas.

Ramón Castro es socio desde hace más de 20 años. Suele acudir a jugar al pádel y al tenis. Pero lo que más le gusta es, sin duda, la piscina: "Suelo venir después de comer porque es cuando menos gente hay, así puedo nadar solo", afirma. "Para mí, es la mejor piscina de todo Tenerife: está muy bien cuidada, es climatizada y sobre todo no está masificada", aseguró Castro.

Aparte de alquilar las instalaciones para su uso y disfrute, los socios disponen de un grupo de monitores para cada modalidad, con quienes pueden recibir clases de aprendizaje. Además, existen cursos semanales de actividades como pintura, teatro, sevillanas o aeróbic, entre otros.

La finca dispone de un restaurante, una zona de barbacoas y un salón de actos que pueden ser alquilados por los socios para sus celebraciones particulares. Tanto ellos como sus beneficiarios pueden reunir allí a sus amigos y conocidos para festejar cualquier tipo de banquete, desde cumpleaños hasta incluso bodas. En este caso, es necesario reservarlo con bastante antelación, ya que la demanda es abundante.

Por otro lado, la institución establece convenios con diferentes organismos y asociaciones como Cruz Roja, para que sus miembros puedan hacer uso puntual y abierto de determinadas instalaciones. En este momento, casi medio centenar de personas trabajan en el club. De estos, 15 son contratados directamente por la institución, otros 10 son los monitores que imparten las clases de las diferentes actividades, y 10 personas, aproximadamente, se encargan del restaurante y el cuidado de los jardines. Además, el club mantiene acuerdos con restaurantes, profesores, etc. con el fin de que ofrezcan sus servicios a la Casa de Venezuela de manera ocasional.

En un principio, este organismo presentaba en su nombre a una candidata a reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, pero hace varios años que ya no es así. Para Báez, las numerosas disciplinas en las que la institución compite en la provincia son suficientes como escaparate hacia la sociedad: tenis, pádel, fútbol, fútbol sala, bolas, petanca, squash, natación, etc. "Uno de los mejores representantes que tenemos es el equipo de ajedrez", aseguró el presidente, "pues han sido campeones varios años en la categoría preferente, la más importante de Canarias".

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