LA LAGUNA (La Opinión)
Pescado salado, trajes de mago, folías y vino del país. Todos los
ingredientes estaban presentes ayer en la Plaza de San Bartolomé de
Geneto para organizar un baile de magos. Sin embargo, se trataba de
algo más, de la gran fiesta del folclore tinerfeño: el Baile del Candil,
que reunió en su XXII edición a 12 parrandas de toda la Isla y más de
500 personas.
Las agrupaciones folclóricas fueron las verdaderas
protagonistas de este encuentro que cuenta cada año con más adeptos. En
esta ocasión, por el escenario de este barrio lagunero pasaron los
grupos Igara, Guarache, Guargazal, Tacoremi, Los Campitos, Tonique,
Teguaco, Igoymad, Igonce, Tasaigo, Los Brezos y el anfitrión: Princesa
Iraya.
Este último, junto con la Comisión de Fiestas de San
Bartolomé de Geneto, fueron los encargados de repartir las 40 mesas que
se colocaron en la plaza para las distintas agrupaciones y los vecinos,
todos ataviados con trajes de mago. Aunque en cada mesa disponían de sus
provisiones, los organizadores ofrecieron vino, pescado salado, papas y
sangría entre los asistentes.
"Cada año viene más gente", cuenta
Pedro Suárez, presidente del conjunto Princesa Iraya. "Este año nos
hemos visto obligados a ampliar el recinto porque se quedaba pequeño". Y
es que cuando cada una de las parrandas actúa, sus cuerpos de baile se
mezclan entre sí al son de las folías, malagueñas e isas. "Mi marido y
yo venimos desde hace siete años porque actúan los mejores grupos de
Tenerife", cuenta Candelaria Torres, vecina de Santa Cruz. Sergio
Herníquez, de Gran Canaria, viajó desde la isla vecina con 12 amigos
solo para el evento. "Vinimos el año pasado y hemos repetido porque es
una fiesta imprescindible", explicó.
El baile de taifa o del
candil toma su nombre de los encuentros folclóricos más antiguos, cuando
no había luz eléctrica y los vecinos acudían con candiles a las casas
particulares para iluminarlas y organizar allí sus bailes de magos. "En
San Bartolomé de Geneto comenzó como un encuentro familiar en el que los
vecinos tenían ocasión de sacar sus trajes de mago a relucir", cuenta
Ana Castellano, presidenta de la asociación de amas de casa del barrio.
Actualmente,
las agrupaciones folclóricas tienen la oportunidad de mostrar su música
y entremezclar sus bailes, a la vez que los vecinos más inexpertos
aprenden las danzas tradicionales con su ayuda. La parranda El Tonique
participa en el Baile del Candil desde hace seis años. Para Cristian
Díaz, su director musical, "es una ocasión única para mantener la
tradición y estrechar lazos entre las parrandas, que somos como
hermanas". Precisamente este ambiente cercano es lo que más le gusta a
Carmen González, que acude desde que surgió la fiesta: "Somos como una
familia. Por eso no fallaré nunca".
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