ALBA BLANCO (La Opinión)
Los cobradores del frac llegaron ayer a Bajamar en busca del antiguo
presidente de la Comisión de Fiestas, al que acusan de haberse fugado
con el dinero de los vecinos sin saldar las deudas pendientes. El jefe
de la pareja de cobradores es Juan Martín, pregonero popular de esta
localidad lagunera que, como cada año, recorrió ayer las calles de
Bajamar en la Cabalgata del Pregonero con una parodia sobre anécdotas
locales de actualidad.
Este año el tema escogido fue la deuda
pendiente que, según cuentan los vecinos, Rayco Cáceres, presidente de
la Comisión de Fiestas en 2011, mantiene con muchos residentes y
negocios de Bajamar por haberse fugado sin saldar las cuentas
pendientes. En su parodia habitual, Juan Martín, conocido como El Ciola,
y su colega Sigfredo Medina recorrieron la Avenida del Gran Poder, la
Calle Castillo, la Plaza La Fonda y la Rambla Fernández de la Cruz
ataviados con un megáfono, calzoncillos de colores, una chaqueta de
frac, altos sombreros de copa y una maletín con la fotografía de Rayco
Cáceres.
Entre los aplausos y risas de los vecinos y precedidos
por la Banda de Tambores y Cornetas de Bajamar, buscaron entre la gente
al susodicho y aconsejaron a los residentes: "Si quieren cobrar, a Las
Galletas deben llegar, pues el presidente se compró un barco para irse a
navegar". También rezaron por que el presidente de este año "no nos
deje en mal lugar" y se apiadaron de aquellos a quienes les dejó algo a
deber.
Finalmente, los cobradores del frac leyeron el programa de actos de las fiestas en honor al Cristo del Gran Poder de Dios previstos para los próximos días, como en su día hacía el fundador de esta Cabalgata de Pregoneros.
Finalmente, los cobradores del frac leyeron el programa de actos de las fiestas en honor al Cristo del Gran Poder de Dios previstos para los próximos días, como en su día hacía el fundador de esta Cabalgata de Pregoneros.
La tradición la inició en 1983
Óscar Martín, padre de Juan El Ciola, quien, a lomos de un burro y
ataviado con un elegante disfraz de pregonero, comenzó a recitar en
prosa rimada los asuntos que tenían que ver con el Ayuntamiento, con los
veraneantes y con personas ilustres del pueblo.
Según su hijo, "algunos de los burros murieron después de la cabalgata, muchos decían que por intoxicación etílica". "Había años en que mi padre tenía que ir a pie al lado del burro porque este no estaba para cargar a nadie, sino más bien para que lo cargaran a él", bromea Juan.
Esto duró unos cuatro años, cuando Óscar decidió abandonar la figura de pregonero. Tomó el relevo su hijo Juan, que en un principio continuó a lomos del pollino. Sin embargo, hacia 1989, El Ciola rehusó del asno y convirtió su personaje en un cómico que parodia cada año las anécdotas más variadas de Bajamar.
Algunos de los temas que Martín y Medina
satirizaron en años anteriores fueron un combate de boxeo entre un
bajamarero y un veraneante, un grupo cantando puntos cubanos, a los
Reyes de España escoltados por su guardia real e incluso a la que fuera
la pareja de moda, Isabel Pantoja y Julián Muñoz, de paseo por las
calles de esta localidad lagunera.
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