LA LAGUNA (La Opinión) Venezuela y Canarias siempre han ido de la mano. Ambas se han servido mutuamente en épocas de crisis. De hecho, muchos canarios contribuyeron con el país sudamericano para lograr su independencia del imperio español. Uno de ellos fue el lagunero Domingo Monteverde, un militar cuya labor fue relegada al olvido con el paso de los siglos, a pesar de que fue el impulsor del movimiento revolucionario que inició todo el proceso de emancipación.
Monteverde nació en La Laguna el 2 de abril de 1773. Era hijo de Estanislao Monteverde y Francisca Rivas, ambos agricultores chicharreros. En 1785, ingresó como cadete en el Regimiento de Milicias Provinciales de La Villa, en La Orotava. Entró a la Armada en el año 1789, como guardiamarina en la compañía del departamento de Cádiz. Desde allí fue enviado a las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico, al servicio de la monarquía de Fernando VII.
El triunfo de la revolución que Monteverde llevó a cabo en Venezuela vino favorecido, en parte, por el contexto socioeconómico que se impuso en el país en 1811. A pesar de que la colonia española tenía dinero, un fuerte terremoto asoló Venezuela, y dejó al país sin medios de subsistencia y bajo un caos social absoluto. Fue entonces cuando el Gobierno colonial de Puerto Rico envió a Domingo Monteverde a Venezuela para instaurar el orden y sofocar las revueltas independentistas en lo que se llamó la Campaña de Reconquista, que se extendió de febrero a julio de 1812.
Este lagunero partió hacia Caracas al mando de una compañía española de 120 soldados de la infantería de marina. Desembarcó en Coro donde sumó 200 hombres en su apoyo, y en Siquisique, donde aumentó sus fuerzas con 400 hombres. Eran ciudades que no habían apoyado la revolución social, y, por tanto, se unieron a Monteverde en señal de descontento por las rebeliones independentistas que se estaban produciendo.
Como resultado, el militar reunió una columna de unos 1.550 hombres, aprovechando el apoyo que le brindaron todos los canarios instalados en el país sudamericano, que constituían un 10% de la población, y de las clases sociales más descontentas con las revueltas emancipadoras.
Ante la inminente invasión del ejército que dirigía este lagunero, el frente aristócrata republicano designó como jefe de su tropa al general Francisco de Miranda, curiosamente también chicharrero, hijo de emigrantes provenientes del Puerto de la Cruz.
La situación militar de la República, bastante inferior a la ingente artillería de Domingo Monteverde, convenció a Miranda para entrar en negociaciones con los españoles. Así las cosas, el 25 de julio se firma la llamada capitulación de San Mateo, por la que el bando patriota reconoció la recuperación de la zona central y occidental del país por parte de los colonos, y la caída de la Primera República venezolana.
Domingo Monteverde recibió en reconocimiento de esta acción la condecoración de la Cruz de Carlos III, en tanto que Miranda fue apresado y enviado a Puerto Rico. La mayoría de los oficiales patriotas fueron al exilio.
Hasta el momento, parece claro el mérito del marinero lagunero. Sin embargo, todos los libros de historia reconocen a Miranda como el canario más destacado en la historia de la independencia de Venezuela. Así lo afirma José Antonio Baeza, un experto en la materia que se trasladó durante unos años de su vida al país sudamericano para investigar sobre el papel que los canarios cumplieron en la emancipación.
Aprovechando que este año se cumple el bicentenario de la independencia venezolana, Baeza ofreció el viernes en el casino de La Laguna una conferencia sobre el tema, y reivindicó la figura del lagunero Domingo Monteverde como uno de los políticos y militares más activos en la historia de Venezuela. "El error de Monteverde estuvo en dejarse llevar por sus ideales clásicos, monárquicos y militares", afirmó José Antonio Baeza.
Esto fue así porque, una vez derrotada la Primera República de los aristócratas criollos el marinero colono traicionó a todo el ejército que lo había apoyado y se entregó a la causa republicana. Las clases bajas a quienes él había congregado no eran de su ámbito. Él se había formado tradicionalmente con la aristocracia durante su formación militar en La Laguna.
Como consecuencia, Monteverde perdió el apoyo que había logrado cosechar. Su movimiento ya no encarnaba las aspiraciones y necesidades populares.
Para el historiador, "Domingo Valverde perdió la oportunidad de triunfar por no confiar en quienes lo apoyaron cuando más lo necesitaba, entre ellos sus propios compatriotas canarios. Se vendió por su mentalidad".
La capacidad conquistadora de este lagunero podía haberse extrapolado al resto de colonias sudamericanas y hubiera hecho suyo el imperio, ya que Venezuela fue tan sólo el comienzo de la Conquista del sur del continente americano.
De todos modos, Baeza reconoce la importante labor que el militar chicharrero llevó a cabo por la causa venezolana, y reclamó ayer en el casino de La Laguna una mayor atención hacia sus hazañas por parte de los historiadores y dentro de su propia tierra:_"Debería rehabilitarse su figura, ya que fue el único de su tiempo que tuvo iniciativa para conseguir algo".
El experto se atreve a suponer la razón por la que Monteverde puede haber sido ignorado, probablemente a propósito: "No se ha tomado importancia a su papel en la independencia de Venezuela," supone, "porque en la historia de España no interesa recordar momentos que supusieron un fracaso para la Corona, como ha ocurrido en muchos otros casos".
Hechos históricos como este explican los fuertes lazos que hoy unen el Archipiélago especialmente con Venezuela. Las expediciones de canarios durante la Conquista se toparon primeramente con este inmenso país, donde se asentaron.
De hecho, en el momento de la independencia venezolana, una de las cuatro únicas iglesias que existían en todo el país estaba destinada a aquella minoría de origen canario:_la iglesia de La Candelaria.
Desde entonces, los canarios crearon raíces que fueron aprovechadas después por los españoles para huir del país durante la etapa franquista.
Posteriormente, ante la prosperidad europea muchos inmigrantes venezolanos llegaron a las Islas para mejorar aquí su vida, de ahí que en la actualidad las relaciones familiares entre el país sudamericano y el Archipiélago sean tan frecuentes.
Monteverde nació en La Laguna el 2 de abril de 1773. Era hijo de Estanislao Monteverde y Francisca Rivas, ambos agricultores chicharreros. En 1785, ingresó como cadete en el Regimiento de Milicias Provinciales de La Villa, en La Orotava. Entró a la Armada en el año 1789, como guardiamarina en la compañía del departamento de Cádiz. Desde allí fue enviado a las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico, al servicio de la monarquía de Fernando VII.
El triunfo de la revolución que Monteverde llevó a cabo en Venezuela vino favorecido, en parte, por el contexto socioeconómico que se impuso en el país en 1811. A pesar de que la colonia española tenía dinero, un fuerte terremoto asoló Venezuela, y dejó al país sin medios de subsistencia y bajo un caos social absoluto. Fue entonces cuando el Gobierno colonial de Puerto Rico envió a Domingo Monteverde a Venezuela para instaurar el orden y sofocar las revueltas independentistas en lo que se llamó la Campaña de Reconquista, que se extendió de febrero a julio de 1812.
Este lagunero partió hacia Caracas al mando de una compañía española de 120 soldados de la infantería de marina. Desembarcó en Coro donde sumó 200 hombres en su apoyo, y en Siquisique, donde aumentó sus fuerzas con 400 hombres. Eran ciudades que no habían apoyado la revolución social, y, por tanto, se unieron a Monteverde en señal de descontento por las rebeliones independentistas que se estaban produciendo.
Como resultado, el militar reunió una columna de unos 1.550 hombres, aprovechando el apoyo que le brindaron todos los canarios instalados en el país sudamericano, que constituían un 10% de la población, y de las clases sociales más descontentas con las revueltas emancipadoras.
Ante la inminente invasión del ejército que dirigía este lagunero, el frente aristócrata republicano designó como jefe de su tropa al general Francisco de Miranda, curiosamente también chicharrero, hijo de emigrantes provenientes del Puerto de la Cruz.
La situación militar de la República, bastante inferior a la ingente artillería de Domingo Monteverde, convenció a Miranda para entrar en negociaciones con los españoles. Así las cosas, el 25 de julio se firma la llamada capitulación de San Mateo, por la que el bando patriota reconoció la recuperación de la zona central y occidental del país por parte de los colonos, y la caída de la Primera República venezolana.
Domingo Monteverde recibió en reconocimiento de esta acción la condecoración de la Cruz de Carlos III, en tanto que Miranda fue apresado y enviado a Puerto Rico. La mayoría de los oficiales patriotas fueron al exilio.
Hasta el momento, parece claro el mérito del marinero lagunero. Sin embargo, todos los libros de historia reconocen a Miranda como el canario más destacado en la historia de la independencia de Venezuela. Así lo afirma José Antonio Baeza, un experto en la materia que se trasladó durante unos años de su vida al país sudamericano para investigar sobre el papel que los canarios cumplieron en la emancipación.
Aprovechando que este año se cumple el bicentenario de la independencia venezolana, Baeza ofreció el viernes en el casino de La Laguna una conferencia sobre el tema, y reivindicó la figura del lagunero Domingo Monteverde como uno de los políticos y militares más activos en la historia de Venezuela. "El error de Monteverde estuvo en dejarse llevar por sus ideales clásicos, monárquicos y militares", afirmó José Antonio Baeza.
Esto fue así porque, una vez derrotada la Primera República de los aristócratas criollos el marinero colono traicionó a todo el ejército que lo había apoyado y se entregó a la causa republicana. Las clases bajas a quienes él había congregado no eran de su ámbito. Él se había formado tradicionalmente con la aristocracia durante su formación militar en La Laguna.
Como consecuencia, Monteverde perdió el apoyo que había logrado cosechar. Su movimiento ya no encarnaba las aspiraciones y necesidades populares.
Para el historiador, "Domingo Valverde perdió la oportunidad de triunfar por no confiar en quienes lo apoyaron cuando más lo necesitaba, entre ellos sus propios compatriotas canarios. Se vendió por su mentalidad".
La capacidad conquistadora de este lagunero podía haberse extrapolado al resto de colonias sudamericanas y hubiera hecho suyo el imperio, ya que Venezuela fue tan sólo el comienzo de la Conquista del sur del continente americano.
De todos modos, Baeza reconoce la importante labor que el militar chicharrero llevó a cabo por la causa venezolana, y reclamó ayer en el casino de La Laguna una mayor atención hacia sus hazañas por parte de los historiadores y dentro de su propia tierra:_"Debería rehabilitarse su figura, ya que fue el único de su tiempo que tuvo iniciativa para conseguir algo".
El experto se atreve a suponer la razón por la que Monteverde puede haber sido ignorado, probablemente a propósito: "No se ha tomado importancia a su papel en la independencia de Venezuela," supone, "porque en la historia de España no interesa recordar momentos que supusieron un fracaso para la Corona, como ha ocurrido en muchos otros casos".
Hechos históricos como este explican los fuertes lazos que hoy unen el Archipiélago especialmente con Venezuela. Las expediciones de canarios durante la Conquista se toparon primeramente con este inmenso país, donde se asentaron.
De hecho, en el momento de la independencia venezolana, una de las cuatro únicas iglesias que existían en todo el país estaba destinada a aquella minoría de origen canario:_la iglesia de La Candelaria.
Desde entonces, los canarios crearon raíces que fueron aprovechadas después por los españoles para huir del país durante la etapa franquista.
Posteriormente, ante la prosperidad europea muchos inmigrantes venezolanos llegaron a las Islas para mejorar aquí su vida, de ahí que en la actualidad las relaciones familiares entre el país sudamericano y el Archipiélago sean tan frecuentes.
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