LA LAGUNA (La Opinión) Las monjas de clausura del convento de Las Claras, el más antiguo de Tenerife y única sede de la orden en el Archipiélago, habían pactado con el Ayuntamiento unas jornadas de puertas abiertas para ayer y hoy. La intención era que los visitantes pudieran conocer las zonas recientemente rehabilitadas del edificio. Sin embargo, a última hora se negaron, dejando a los interesados a las puertas del convento sin ninguna aclaración.
La actividad, que suponía la segunda oportunidad para los laguneros de visitar el convento en sus cinco siglos de existencia, formaba parte del programa de actos del Ayuntamiento previstos para celebrar el XII aniversario de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, que se conmemora hoy, aprovechando además que en 2012 la orden cumple 800 años.
Sin embargo, la misma tarde de ayer las Claras argumentaron que estaban realizando "tareas espirituales sujetas a un horario muy estricto", argumento que emplearon para no permitir que el convento se abriera al público durante los dos días previstos.
Como último recurso, la Concejalía de Patrimonio Histórico de La Laguna introdujo la actividad dentro de una visita guiada que termina mañana y que lleva realizándose desde el pasado domingo a distintas horas del día por el convento de Santo Domingo, el de las Catalinas y el Palacio de Nava.
Si las monjas clarisas lo permiten hoy, pues no en todos los pases de ayer lo hicieron, el grupo de visitantes finalizará la ruta en su convento, pero solo podrán ojear en menos de cinco minutos sus dos nuevas zonas, mientras las religiosas permanecen recluidas y con la única compañía del guía turístico.
La primera apertura del convento a los laguneros, desde su construcción en 1575, tuvo lugar tras las obras de rehabilitación de 1996 y contó con 300 visitantes. Entonces se habían modificado el beaterio y las habitaciones de las reclusas, como parte de los continuos trabajos de reconstrucción a los que fue sometido el edificio para su recuperación tras el incendio que lo devastó en el año 1697.
Las últimas obras, realizadas por el arquitecto Fernando Beautel en la parte del edificio colindante con la calle Anchieta, han costado cinco millones de euros, invertidos por el Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias y los ministerios de Fomento y Cultura. Se estrenaron el pasado 8 de septiembre, con la presencia de las principales autoridades de la Isla y las propias hermanas.
Una de las dos nuevas zonas es el museo sacro, que se ha construido a partir de la unión del antiguo comedor del convento y la conocida como sala profundis, donde Las Clarisas dedicaban oraciones a los difuntos antes de las comidas. En esta nueva zona se expondrán al público reliquias de la Orden, piezas de la catedral y obras que han sido donadas al convento.
La otra área renovada corresponde al nuevo centro de espiritualidad y antiguo beaterio. Esta sala permanecerá abierta a todos los laguneros que quieran acudir a ella como lugar de retiro y oración. La apertura al público de las dos nuevas zonas estaba prevista para Semana Santa y Navidad, respectivamente. Sin embargo, la gestión del proyecto ha hecho que ni siquiera las propias religiosas sepan cuándo será la inauguración, pues la entrada de huéspedes al convento no les convence.
La actividad, que suponía la segunda oportunidad para los laguneros de visitar el convento en sus cinco siglos de existencia, formaba parte del programa de actos del Ayuntamiento previstos para celebrar el XII aniversario de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, que se conmemora hoy, aprovechando además que en 2012 la orden cumple 800 años.
Sin embargo, la misma tarde de ayer las Claras argumentaron que estaban realizando "tareas espirituales sujetas a un horario muy estricto", argumento que emplearon para no permitir que el convento se abriera al público durante los dos días previstos.
Como último recurso, la Concejalía de Patrimonio Histórico de La Laguna introdujo la actividad dentro de una visita guiada que termina mañana y que lleva realizándose desde el pasado domingo a distintas horas del día por el convento de Santo Domingo, el de las Catalinas y el Palacio de Nava.
Si las monjas clarisas lo permiten hoy, pues no en todos los pases de ayer lo hicieron, el grupo de visitantes finalizará la ruta en su convento, pero solo podrán ojear en menos de cinco minutos sus dos nuevas zonas, mientras las religiosas permanecen recluidas y con la única compañía del guía turístico.
La primera apertura del convento a los laguneros, desde su construcción en 1575, tuvo lugar tras las obras de rehabilitación de 1996 y contó con 300 visitantes. Entonces se habían modificado el beaterio y las habitaciones de las reclusas, como parte de los continuos trabajos de reconstrucción a los que fue sometido el edificio para su recuperación tras el incendio que lo devastó en el año 1697.
Las últimas obras, realizadas por el arquitecto Fernando Beautel en la parte del edificio colindante con la calle Anchieta, han costado cinco millones de euros, invertidos por el Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias y los ministerios de Fomento y Cultura. Se estrenaron el pasado 8 de septiembre, con la presencia de las principales autoridades de la Isla y las propias hermanas.
Una de las dos nuevas zonas es el museo sacro, que se ha construido a partir de la unión del antiguo comedor del convento y la conocida como sala profundis, donde Las Clarisas dedicaban oraciones a los difuntos antes de las comidas. En esta nueva zona se expondrán al público reliquias de la Orden, piezas de la catedral y obras que han sido donadas al convento.
La otra área renovada corresponde al nuevo centro de espiritualidad y antiguo beaterio. Esta sala permanecerá abierta a todos los laguneros que quieran acudir a ella como lugar de retiro y oración. La apertura al público de las dos nuevas zonas estaba prevista para Semana Santa y Navidad, respectivamente. Sin embargo, la gestión del proyecto ha hecho que ni siquiera las propias religiosas sepan cuándo será la inauguración, pues la entrada de huéspedes al convento no les convence.
1 comentario:
el obispado ha llamado al periódico para quejarse... pero así es la vida :P
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