LA LAGUNA (La Opinión) "No molestan. Es más, nos alegran el día a quienes trabajamos por aquí". Como Tina Mena, dependienta de la tienda de ropa y complementos Kaos, prácticamente todos los comerciantes del casco histórico de La Laguna se muestran conformes con los numerosos artistas callejeros que ofrecen su talento a viandantes y turistas de manera improvisada por las calles del centro. Creen de esta manera que el permiso municipal puesto en marcha la pasada semana "beneficiará a todos".
Mena afirma que a ella estos artistas "me ponen contenta". "Hay una chica muy buena que se pone enfrente de la tienda, que es licenciada en Derecho, y me encanta como canta", asegura. Según Tina, uno de los beneficios que tiene la cultura callejera es que cada día se pone gente diferente y esto atrae a turistas y residentes. "Va por días. Igual están varias semanas sin venir, pero cuando vienen se tiran horas actuando. Hay algunos que cuando tocan, la calle se llena".
Vanessa González es una de las camareras de la cafetería Plaza, al lado de la Catedral, uno de los lugares del casco más frecuentados por los artistas. "Últimamente no se ven mucho, pero normalmente a cualquier hora encuentras alguno en esta plaza y en la calle Herradores, sobre todo", comenta la joven. Según González, los fines de semana es cuando mayor número se concentra. "Lo mejor es que puedes encontrarte cualquier cosa, desde solistas hasta un grupo de hippies o un acordeonista. Es entretenido también para los viandantes y a la vez una forma de atraer clientes", opina la camarera.
María Morcillo, una de las clientes de la cafetería opina que "como viandante me gusta y resulta divertido, aunque si trabajara por la zona entiendo que quizá podría llegar a cansarme".
Javier González, dependiente de la tienda Vodafone de la calle La Carrera, considera "muy positivo y beneficioso para todos" que el Ayuntamiento regule la situación de los artistas callejeros. La nueva excepción a la ordenanza de Ocupación de la Vía Pública permite a los músicos tocar en la calle tras haber solicitado un permiso municipal previo. "De esta forma estarán localizados y cada uno tendrá su sitio", opina Javier.
El comerciante propone que los artistas cambien entre ellos de lugar para no cansar a los dependientes y transeúntes, "porque lo malo es que, en el caso de los músicos, después de ocho horas tocando, ya resulta repetitivo". "Algunos incluso ya se convierten en colegas nuestros", explica González.
Por su parte, el presidente de la Asociación del Pequeño y Mediano Comercio de La Laguna, Víctor Núñez, considera que "la buena música mejora la imagen de la ciudad y enriquecen nuestra oferta", matiza el empresario lagunero.
Para que mimos, músicos, magos y contorsionistas puedan obtener el permiso para tocar en las calles del casco, el Ayuntamiento ha fijado como requisito que las actuaciones sean realizadas sin ánimo de lucro y, según el concejal de Fiestas, Domingo Galván, que "respeten las condiciones de buena convivencia". Respecto al cobro, "no podrán exigir ningún tipo de contrapartida económica salvo la voluntad". La autorización será totalmente gratuita, de carácter provisional y los artistas no tendrán necesidad de abonar tasas ni de solicitar ningún tipo de licencia.
Los artistas interesados en ocupar un espacio en la vía pública lagunera deberán ponerse en contacto con el área de Fiestas para pedir permiso detallando el lugar, la frecuencia y el tipo de actuación que desempeñan. "Es importante que no entorpezcan el tránsito de los viandantes y que no se sitúen junto a comercios, colegios, hospitales o edificios donde puedan causar molestias", precisó Galván.
Las actuales normativas municipales no contemplan requisitos especiales para las actuaciones artísticas y, por lo tanto, la presencia de músicos se equipara a las actividades comerciales regladas como puestos de venta provisionales. Los grupos que, desde ahora, no cuenten con la autorización recibirán una notificación instando a su obtención y, en el caso de no pedirla, serán retirados de la vía pública.
Mena afirma que a ella estos artistas "me ponen contenta". "Hay una chica muy buena que se pone enfrente de la tienda, que es licenciada en Derecho, y me encanta como canta", asegura. Según Tina, uno de los beneficios que tiene la cultura callejera es que cada día se pone gente diferente y esto atrae a turistas y residentes. "Va por días. Igual están varias semanas sin venir, pero cuando vienen se tiran horas actuando. Hay algunos que cuando tocan, la calle se llena".
Vanessa González es una de las camareras de la cafetería Plaza, al lado de la Catedral, uno de los lugares del casco más frecuentados por los artistas. "Últimamente no se ven mucho, pero normalmente a cualquier hora encuentras alguno en esta plaza y en la calle Herradores, sobre todo", comenta la joven. Según González, los fines de semana es cuando mayor número se concentra. "Lo mejor es que puedes encontrarte cualquier cosa, desde solistas hasta un grupo de hippies o un acordeonista. Es entretenido también para los viandantes y a la vez una forma de atraer clientes", opina la camarera.
María Morcillo, una de las clientes de la cafetería opina que "como viandante me gusta y resulta divertido, aunque si trabajara por la zona entiendo que quizá podría llegar a cansarme".
Javier González, dependiente de la tienda Vodafone de la calle La Carrera, considera "muy positivo y beneficioso para todos" que el Ayuntamiento regule la situación de los artistas callejeros. La nueva excepción a la ordenanza de Ocupación de la Vía Pública permite a los músicos tocar en la calle tras haber solicitado un permiso municipal previo. "De esta forma estarán localizados y cada uno tendrá su sitio", opina Javier.
El comerciante propone que los artistas cambien entre ellos de lugar para no cansar a los dependientes y transeúntes, "porque lo malo es que, en el caso de los músicos, después de ocho horas tocando, ya resulta repetitivo". "Algunos incluso ya se convierten en colegas nuestros", explica González.
Por su parte, el presidente de la Asociación del Pequeño y Mediano Comercio de La Laguna, Víctor Núñez, considera que "la buena música mejora la imagen de la ciudad y enriquecen nuestra oferta", matiza el empresario lagunero.
Para que mimos, músicos, magos y contorsionistas puedan obtener el permiso para tocar en las calles del casco, el Ayuntamiento ha fijado como requisito que las actuaciones sean realizadas sin ánimo de lucro y, según el concejal de Fiestas, Domingo Galván, que "respeten las condiciones de buena convivencia". Respecto al cobro, "no podrán exigir ningún tipo de contrapartida económica salvo la voluntad". La autorización será totalmente gratuita, de carácter provisional y los artistas no tendrán necesidad de abonar tasas ni de solicitar ningún tipo de licencia.
Los artistas interesados en ocupar un espacio en la vía pública lagunera deberán ponerse en contacto con el área de Fiestas para pedir permiso detallando el lugar, la frecuencia y el tipo de actuación que desempeñan. "Es importante que no entorpezcan el tránsito de los viandantes y que no se sitúen junto a comercios, colegios, hospitales o edificios donde puedan causar molestias", precisó Galván.
Las actuales normativas municipales no contemplan requisitos especiales para las actuaciones artísticas y, por lo tanto, la presencia de músicos se equipara a las actividades comerciales regladas como puestos de venta provisionales. Los grupos que, desde ahora, no cuenten con la autorización recibirán una notificación instando a su obtención y, en el caso de no pedirla, serán retirados de la vía pública.
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