LA LAGUNA (La Opinión) Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, presidió en la mañana de ayer la misa crismal que se celebra cada Martes Santo en la parroquia de La Concepción lagunera, donde se reunieron alrededor de 400 fieles y más de un centenar de sacerdotes procedentes de las cuatro islas de la Diócesis Nivariense. Durante la homilía, Álvarez manifestó la necesidad de que "los jóvenes se sumen con urgencia a las vocaciones del sacerdocio, que sigan al Señor y que sientan que este cuenta con ellos".
El obispo de Tenerife se sumó así a la campaña que la Conferencia Episcopal Española impulsó el pasado 19 de marzo para incrementar el número de curas en el país, con motivo del Día del Sacerdocio. Al final de la eucaristía, Álvarez leyó el decreto por el que convocó a los futuros sacerdotes que recibierán los votos el próximo 7 de julio.
Mediante la misa crismal, todos los curas de la Diócesis renovaron ante el obispo las promesas sacerdotales que realizaron el día en que fueron ordenados, para "subrayar los valores del sacerdocio". Además, durante la celebración, Bernardo Álvarez consagró el Santo Crisma, un signo presente en todos los sacramentos "como símbolo de purificación" contra el demonio. Por último, el obispo bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, ungüentos que se emplean, por ejemplo, en los actos de confirmación y bautismo, y que ahora se distribuirán entre las más de 300 parroquias con las que cuenta la Diócesis en la provincia.
El prelado, en su homilía, propuso al presbiterio diocesano (conjunto de todos los sacerdotes) comparar su sacerdocio con el de Jesús, pues "la misión de todos no es otra que servir de mediadores entre Dios y la comunidad cristiana, a la que debemos guiar hacia la salvación". Álvarez aseguró que todos los fieles, sacerdotes o no, ejercen "un sacerdocio personal, por ejemplo cuando se entregan a los demás en su trabajo o en las tareas domésticas".
El obispo tinerfeño explicó que, en el caso de los curas, "Dios se apropia de su persona tras contar con su consentimiento". "Desde entonces, no pertenecen a sí mismos, sino al Señor", añadió. En este sentido, Álvarez afirmó que los presbíteros están "poseídos por Dios" y les animó a "vivir intensamente su pertenencia al Señor".
El obispo de Tenerife se sumó así a la campaña que la Conferencia Episcopal Española impulsó el pasado 19 de marzo para incrementar el número de curas en el país, con motivo del Día del Sacerdocio. Al final de la eucaristía, Álvarez leyó el decreto por el que convocó a los futuros sacerdotes que recibierán los votos el próximo 7 de julio.
Mediante la misa crismal, todos los curas de la Diócesis renovaron ante el obispo las promesas sacerdotales que realizaron el día en que fueron ordenados, para "subrayar los valores del sacerdocio". Además, durante la celebración, Bernardo Álvarez consagró el Santo Crisma, un signo presente en todos los sacramentos "como símbolo de purificación" contra el demonio. Por último, el obispo bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, ungüentos que se emplean, por ejemplo, en los actos de confirmación y bautismo, y que ahora se distribuirán entre las más de 300 parroquias con las que cuenta la Diócesis en la provincia.
El prelado, en su homilía, propuso al presbiterio diocesano (conjunto de todos los sacerdotes) comparar su sacerdocio con el de Jesús, pues "la misión de todos no es otra que servir de mediadores entre Dios y la comunidad cristiana, a la que debemos guiar hacia la salvación". Álvarez aseguró que todos los fieles, sacerdotes o no, ejercen "un sacerdocio personal, por ejemplo cuando se entregan a los demás en su trabajo o en las tareas domésticas".
El obispo tinerfeño explicó que, en el caso de los curas, "Dios se apropia de su persona tras contar con su consentimiento". "Desde entonces, no pertenecen a sí mismos, sino al Señor", añadió. En este sentido, Álvarez afirmó que los presbíteros están "poseídos por Dios" y les animó a "vivir intensamente su pertenencia al Señor".
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