LA LAGUNA (La Opinión) Si para algo sirvió el incendio de la sede del Obispado, en enero de
2006, es para convertir a La Laguna en una de las ciudades más seguras
de Europa en prevención de fuegos. Desde entonces, las autoridades
tomaron ejemplo y los principales edificios del patrimonio fueron
reformados para mejorar los sistemas de seguridad. Tanto que bomberos y
efectivos de emergencias de una decena de países europeos visitaron ayer
estas instalaciones para aplicar estas medidas a sus lugares de origen.
La
visita fue una de las actividades programadas ayer como parte del
primer seminario sobre prevención de incendios en ciudades Europeas
Patrimonio de la Humanidad, que se celebra hasta mañana en el convento
de Santo Domingo.
María del Mar Martín, arquitecta
técnica, acompañó a los visitantes a lo largo del recorrido para
explicarles las características de los centros históricos de La Laguna
desde la perspectiva de la prevención de incendios. "Las autoridades y
los responsables del Consorcio de Bomberos de Tenerife todavía siguen
estudiando los edificios del casco para comprobar que disponen de total
seguridad y, en su defecto, ver qué medidas deben añadirse", explicó la
técnico.
En este sentido, Carlos González, presidente del
Consorcio de Bomberos de Tenerife, afirmó que tras el incendio del
Obispado "las cosas han mejorado mucho". "Se han extremado las
precauciones como nunca antes y todos los centros históricos del
municipio se han catalogado como lugares que precisan un nivel máximo de
alarma en caso de suceder alguna catástrofe como aquella", subrayó.
Actualmente,
el Consorcio trabaja en la elaboración de unas fichas de 12 edificios
del casco en las que constan, de manera detallada, sus características y
los bienes que se encuentran en su interior. De este modo, en caso de
incendio, los bomberos disponen de información suficiente para saber
cómo acceder a las instalaciones afectadas, en qué orden y cómo actuar.
"Si hubiéramos tenido estas fichas cuando se incendió la sede del
Obispado, hubiera habido muchas cosas que podrían haberse salvado",
lamentó Carlos González.
El Archivo Diocesano, el convento
de Santo Domingo y la parroquia de La Concepción son en la actualidad
los tres edificios mejor protegidos de todo el casco lagunero. El
primero de ellos, tras la última reforma, incluyó entre sus
instalaciones dos búnker de hormigón donde salvaguardar los documentos
más valiosos de su fondo e incorporó una alarma antiincendios, una
manguera y un sistema de detección de humos. "Se contemplaron todas las
medidas de protección en función del presupuesto con el que contábamos",
explicó Miguel Ángel Navarro, director del archivo.
El
hormigón del edificio se encuentra forrado de madera a causa de las
exigencias municipales de una estética similar en todo el casco
histórico de la ciudad. Sin embargo, la madera está forrada a su vez con
un producto ignífugo que evitaría que ardiese al contacto con el fuego.
En
La Concepción, se incorporó el mismo año del incendio del Obispado uno
de los sistemas de extinción de incendios más modernos que existen:
detectores de humo que funcionan a través de un láser. En esta parroquia
se encuentran tesoros como el primer cáliz y la primera custodia que
llegaron a Canarias tras La Conquista, por lo que las medidas de
seguridad deben ser extremas.
En sede de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País, un edificio bien protegido por medio de
extintores y detectores, los fondos más antiguos, aquellos que fueron
prohibidos por la Inquisición, son los que constan en su ficha como
máxima prioridad de evacuación si se desatara un fuego.
El
Archivo Municipal goza también de preferencia para los Bomberos de
Tenerife, mientras que las oficinas del Ayuntamiento, situadas en la
planta superior, no constan de ningún tipo de protección antiincendios,
extintores y detectores de humos protegen la parte baja del edificio.
Aún así, la proximidad de los focos de iluminación a la madera, por
ejemplo, exige en este caso que las medidas de seguridad se incrementen
lo antes posible.
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