viernes, 18 de mayo de 2012

El rastro de los estudiantes

LA LAGUNA (La Opinión)  A los puestos de La Recova lagunera les salió ayer una dura competencia. Pulseras, velas, llaveros, lechugas y hasta lentejas se vendieron en la Plaza del Cristo a precios muy asequibles. Los responsables fueron 380 escolares de 12 colegios de toda la Isla, que organizaron un mercadillo para vender productos elaborados por ellos mismos tras crear sus propias cooperativas como parte del programa educativo Enseñar para Emprender, de la Fundación Empresa de la Universidad de La Laguna.

En la segunda edición del Mercadillo de Cooperativas Escolares participaron este año 16 sociedades creadas por los alumnos de 5º y 6º de los colegios participantes, entre los que se encontraban el CEIP Miguel Pintor González, el Chimisay, el colegio público de Ofra Vistabella, el de Granadilla de Abona y el CEIP Aguere.

Todos ellos comenzaron hace un par de meses a crear sus propias cooperativas, que pusieron en marcha con una aportación que oscilaba entre dos y seis euros por alumno. Ellos mismos decidieron el nombre de la sociedad, designaron un equipo directivo, redactaron las actas y estatutos, crearon el logotipo de la empresa e idearon y crearon los productos que pusieron a la venta. Con el dinero recaudado en el mercadillo, además de sufragar la inversión, organizarán una actividad de ocio conjunta y colaborarán con diferentes ONG.

"Nosotros donaremos una parte a la asociación Padre Laraña y con el resto nos iremos de viaje de fin de curso", explicó Goretti Expósito, del CEIP Chimisay. Los alumnos de este centro elaboraron todos sus productos con material reciclado, como pulseras hechas con anillas de latas de refrescos o pendientes con tapones de botellas de plástico. 

El colegio La Jurada de San Isidro puso a la venta jabones, velas y carteras, que fabricaron durante las clases de plástica e informática. Lucía Carvajal, una de las socias, asegura que "con la recaudación nos iremos todos juntos a Aqualand o al cine".

Lorena La Virgen es una de las socias de la cooperativa Luciérnagas Trabajadoras del colegio Miguel Pintor de Santa Cruz. Este año repite experiencia, ya que, según la alumna, "el año pasado me lo pasé muy bien". "Mi madre nos ha ayudado a hacer los dulces, que es lo que mejor se vende", señaló La Virgen. 

La cooperativa La Cestita Canaria del CEIP Granadilla hizo de su carpa una auténtica tienda de hortalizas. En ella vendieron cebollas y alcachofas a 20 céntimos, zanahorias a 40 y semillas de lentejas a 50, todas ellas cosechadas por los propios alumnos en el huerto escolar.

El CEIP Aguere local se encargó de las lechugas, que pusieron a la venta sus alumnos a 50 céntimos, así como abono ecológico. José Pérez, uno de los socios de la cooperativa lagunera, manifestó que "me gusta mucho esta actividad porque aprendemos cosas nuevas y pasamos un día muy divertido". Su tutora, Pilar González, afirmó que "este proyecto es muy positivo porque permite a los alumnos trabajar las competencias básicas". "Así aprenden a elaborar una factura, un presupuesto, el trato con los clientes, a tener iniciativa y a trabajar de forma autónoma", matizó la profesora.

Los chicos se implicaron al 100% para ganarse a la clientela, tanto que uno de ellos incluso demostró su talento tocando las canciones de moda con un saxofón.

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