LA LAGUNA (La Opinión) Los recortes anunciados desde el Gobierno del Estado han dejado a cuatro
barrios laguneros sin sus esperados proyectos de rehabilitación. El
Ministerio de Vivienda ha congelado las ayudas y Muvisa, la empresa
municipal encargada de las obras, se ha quedado sola y con sus proyectos
paralizados. En algunas zonas ni siquiera habían empezado las obras. En
otras, como La Verdellada, unos pocos vecinos ven cómo sus viviendas se
han quedado a años luz de las de los bloques contiguos. Las Áreas de
Rehabilitación Integral (ARI) de La Laguna se han convertido en un gran
interrogante.
San Luis Gonzaga
"Debe existir una cláusula que nos ampare para recurrir esta decisión"
En
la barriada de San Luis Gonzaga, el recorte presupuestario del
Ministerio de Vivienda afectará a 350 hogares, de los 423 comprendidos
en el ARI. Todos ellos estaban incluidos en la segunda fase del
proyecto, que implicaba por parte del Gobierno Estatal una inversión de
42.124 euros en 2012, y 25.274 en 2013. Ambas cantidades han sido
denegadas por el momento, a pesar de que el 8 de febrero de 2010 se
firmó el convenio oportuno por el que las administraciones central,
regional y local se comprometieron a asumir las cantidades
correspondientes al pago de estas obras.
"Sin la aportación del
Estado es imposible ejecutar los trabajos", lamenta Gregorio Aguilar,
secretario de la asociación de vecinos. "Nuestro miedo es que el dinero
del Gobierno de Canarias, que sí está, no se mantenga, que se desvíe a
otras partidas y se acabe perdiendo, ante la negativa del Ministerio de
Vivienda".
Las casas afectadas, más del 80% de la totalidad del
barrio, se reparten entre las calles de Candelaria, Las Palmeras, El
Guanche y la plaza de Las Palmeras. Sus habitantes reclaman una
respuesta por parte del Ayuntamiento de La Laguna, que también asumió
una parte del pago, para que les ayude a buscar una solución al
problema. Según Aguilar, "el acuerdo que se firmó para aceptar dichas
obras es oficial, por lo que debe existir una cláusula que nos ampare
para recurrir su violación por la vía judicial".
Las otras 73
viviendas que componen San Luis Gonzaga serán las únicas de todo el
municipio en las que las obras podrán ejecutarse a pesar de los
recortes. Esto es debido a que corresponden a la primera fase del ARI,
cuyas obras debían haberse ejecutado entre 2010 y 2011, de no ser por el
retraso en la financiación estatal, de la que ya disponen. En esta
ocasión, del presupuesto total de estos trabajos, que asciende a 445.387
euros, el Ministerio de Vivienda ha financiado el 37,83%.
El
alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, ha confirmado que el
Ayuntamiento se encuentra inmerso en la búsqueda de empresas
adjudicatarias de estas obras, que comenzarán el próximo mes de julio y
se prolongarán durante ocho meses. Juan Antonio Hernández, vecino de la
calle El Hierro, asegura que, ante el retraso, "muchos vecinos nos hemos
visto obligados a hacer algunos arreglos puntuales con lo que hemos
podido, porque son casas de más de 50 años y cuando llueve, el agua
entra por las paredes y las grietas".
En este sentido, los
trabajos que precisan las viviendas unifamiliares de San Luis Gonzaga
están encaminados, sobre todo, al arreglo de fachadas, techos y paredes,
impermeabilidad de cubiertas, mejoras en la instalación eléctrica y
tratamiento de humedades. Para financiar las obras, los vecinos han
aportado un 3% del presupuesto, según las necesidades de cada casa y el
nivel de renta de sus inquilinos. Luz Marina Afonso, una de las
afectadas, asegura que "nos han hecho pagar cada vez más a los
particulares, mientras que el Gobierno ha puesto pegas al pago desde un
principio".
La Verdellada
"Hay vecinos que llevan más de un año sin salir de casa por no bajar la escalera"
El
ARI de La Verdellada, cuyas obras comenzaron en 2008, ha cumplido las
previsiones en las dos primeras fases de las cinco pactadas. La tercera,
hoy en ejecución, ha exigido que el Ayuntamiento de La Laguna asuma la
deuda de 500.000 euros que el Gobierno Estatal ha dejado de pagar para
que las obras puedan finalizarse el próximo mes de septiembre.
Además,
el recorte supone la suspensión total de la cuarta fase del proyecto,
cuyo convenio se pactó entre las diferentes administraciones públicas
hace cuatro años y que afecta a 140 viviendas de la urbanización. El
presupuesto de esta nueva obra, que estaba previsto comenzar en el
próximo mes de junio, asciende a 1.678.712 euros, de los cuales el
Gobierno Estatal asumía un 40%. El resto de la financiación, ya
completada, proviene en un 25% del Gobierno de Canarias, un 16% del
Cabildo, un 15% del Ayuntamiento y el 3,42% de los vecinos. Sin embargo,
todo esto no es suficiente para sufragar el gasto total de las obras
sin las partidas del Ministerio de Vivienda.
En este caso, los
trabajos consisten en la instalación de ascensores en cada uno de los
bloques de la urbanización. "Hay muchas personas afectadas si la mitad
de edificios se quedan sin ellos, porque la mayor parte de los vecinos
son ancianos que no están capacitados para subir cinco pisos por
escaleras y, en caso de una urgencia, no podemos utilizar ni una
camilla", asegura Florencio Peña, secretario de uno de los edificios de
viviendas de la zona. Según Moisés Afonso, presidente de la asociación
de vecinos de La Verdellada, "hay vecinos que llevan casi un año sin
salir de sus casas porque son mayores y no pueden bajar sino sentados
sobre los escalones".
La quinta fase del ARI de La Verdellada, aún
sin firmar, también se vería afectada por los recortes del Ministerio
de Vivienda. En este caso, las obras implican a 160 viviendas del barrio
de ocho bloques diferentes. La asociación de vecinos se reunirá la
próxima semana para estudiar la posibilidad de movilizarse al respecto.
"Vamos
a luchar por que estas partidas no se prorroguen hasta 2015, sino que
se incluyan en los próximos Presupuestos Generales y que se firme el
convenio definitivo para impulsar la última fase", subrayó Afonso. En
este sentido, el Ayuntamiento de La Laguna les ha expresado su apoyo y
su compromiso de sumarse a la causa. "Lo que pedimos no es un lujo, sino
obras necesarias para asegurar la estabilidad de los edificios, mejorar
la accesibilidad y sobre todo, el nivel de vida de los pensionistas y
la gente sin recursos", concluye el presidente de los verdeños.
Princesa Yballa-La Florida
"Aquí se vive muy bien; hay de todo desde un ´puticlub´ hasta una funeraria"
Muchos
vecinos de Princesa Yballa ignoraban que los recortes del Ministerio de
Fomento ha paralizado el ARI previsto para esta urbanización
construida hace 40 años. Manuel Hernández tiene 78 años y ha vivido los
últimos 39 en el barrio. "No lo sabía pero tampoco me sorprende porque
con tantos recortes nos están quitando todo. Y ahora que somos mayores
necesitamos ascensores y que se hagan arreglos que con las pensiones que
cobramos no los podemos pagar", explicó.
Nieves García, una
comerciante de la zona, considera que a pesar de las deficiencias de
estos antiguos bloques "se vive muy bien". "Estamos a cinco minutos de
Santa Cruz y del centro de La Laguna y aquí hay de todo desde un
puticlub hasta una funeraria", destacó. Sin embargo, Daniel Moreno, que
lleva 15 de sus 49 años en el barrio asegura que "la gente mayor tiene
muchas dificultades". "Los pisos son grandes, tienen cuatro
habitaciones, pero hay humedades y tener que subir cuatro plantas, como
tengo que hacer yo es un problema. Por eso, mucha gente mayor se ha
marchado".
Según los vecinos, un 20% de los 1.157 que hay entre
Princesa Yballa y La Florida han quedado vacíos después de que sus
propietarios, la mayoría pensionistas, se mudaran con algún familiar o
ingresara en una residencia para evitar el suplicio de las escaleras.
José
Luis Quintero lleva casi toda la vida en La Florida y da fe de esta
realidad. "No es raro ver a viejitos asomados por las ventanas que te
piden que les hagas alguna compra para no tener que bajar", asegura. En
el bloque 1, donde vive con su familia, instaló una membrana
impermeabilizante en la azotea y pintó todos las zonas comunes, pero
asegura que no volverá a hacerlo hasta que la comunidad le pague.
"Aquí
nadie paga la comunidad", apunta Mercedes Figueroa, mientras empuja su
carrito de la compra por uno de los paseos peatonales de la
urbanización. Tiene 85 años y vive en el barrio desde 1971. "Me compré
el piso y me vine con mis cinco hijos. Para poder mantenerlos trabajaba
en un consultorio médico a la mañana y en otro a la tarde. Sé muy bien
lo que es hacer sacrificios, pero le aseguro que siempre pagué todas
mis cuentas. Ahora, nos cobran 15 euros al mes de comunidad por la luz
de las zonas comunes, pero nadie lo paga", se queja la vecina.
El
Estado preveía invertir este año 1.029.538 euros se repararan 146 pisos
e instalar ascensores en estos dos populosos polígonos laguneros. El
plazo de ejecución previsto era de 24 meses. Los vecinos debían pagar
una parte del arreglo. En concreto, 643 euros divididos en cuotas de 26
euros mensuales.
El Cardonal
"Este proyecto era la forma perfecta de dar trabajo a las empresas de la zona"
Los
8.000 vecinos que viven en El Cardonal han recibido con auténtica
desilusión el anuncio de la suspensión del proyecto de rehabilitación de
su barrio. Se han quedado a las puertas de empezar la primera fase de
su ARI, que incluía a las primeras 168 viviendas de las 1.504 que hay en
la zona.
No saben cuándo volverá a ponerse en marcha este
esperado plan de renovación. Asimismo, lamentan que la decisión
gubernamental de parar iniciativas como las que iban a cambiarle la cara
a su barrio contribuyan a que se recrudezcan las cifras de desempleo en
el municipio. "En un barrio como este con unas cifras de paro tan
elevadas hubiera sido un desahogo importante, tanto para las empresas
como para los trabajadores", explica Alfredo Torrealba, uno de los
vecinos afectados.
Y es que en esta zona lagunera que empezó a
crecer en la década de los sesenta del pasado siglo XX se calcula una
tasa de paro que roza el 60% de su población activa. "Aquí hay mucho
trabajador de la construcción, se nota la situación porque los coches ya
no se mueven de su sitio", añade.
Es viernes por la tarde y un
grupo de propietarios aprovecha para pasear por la vía principal del
Cardonal, junto a la iglesia donde se venera a Santa María Madre de
Jesús, patrona de estos vecinos laguneros. José Miguel Llano, Paco
Ferrera, Moisés Ramiro y Timoteo Padrón observan las fachadas de los
bloques de cuatro alturas. Cada uno de estos edificios tiene su propia
historia. "Este ARI hubiera sido el empujón para el barrio, la forma de
modernizar las instalaciones de agua y luz y de darle uniformidad a las
fachadas", explican.
Por El Cardonal han pasado ya, al menos, tres
generaciones de laguneros. Llegaron procedentes de todas las Islas y
adquirieron su vivienda, levantadas por Cobasa, por unas 250.000
pesetas. De hecho, esta zona fue concebida como una urbanización privada
con acceso restringido y nació como el barrio con más zonas verdes de
la Isla. Se levantó de la nada sobre lo que hasta entonces eran grandes
extensiones de piteras.
Los años han pasado y muchos vecinos han
descuidado sus fachadas y el estado de algunas zonas comunes es de serio
deterioro. Otros edificios, sin embargo, "se han puesto las pilas" en
los últimos años y han remozado sus fachadas. Los tendederos de ropa y
las antenas capan, sin embargo, por la mayoría de sus paredes.
La
primera fase de rehabilitación ya debería estar empezada, en las cuatro
fases restantes ni siquiera se atreven a pensar. "Tenemos de todo, un
centro ciudadano e instalaciones deportivas, esta reforma es lo único
que nos faltaba", reconocen.
La rehabilitación con ayuda pública
era la solución "perfecta" para un barrio con muchas "personas mayores y
pensionistas que no pueden afrontar costes más altos". De hecho, para
la primera fase los beneficiados debían aportar 428 euros a abonar en
cuotas mensuales de apenas 17,87 euros.
Reconocen, eso sí, que el
hecho de que en muchos de los bloques no cuenten todavía con un una
comunidad oficial de propietarios ha ralentizado mucho la ejecución del
ARI y dificulta el inicio de nuevas mejoras. Poco a poco han conseguido
que algunos bloques se pongan de acuerdo pero cuesta cobrar las
mensualidades. "Algunos ya están organizándose para hacer reformas",
reconocen.
El Cardonal se queda, por el momento, tal y como está.
Estas viviendas no tienen deficiencias estructuales, pero sus jardines y
paredes piden a gritos un poco de atención.
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