ALBA BLANCO (La Opinión) Los alumnos del CEIP Montaña Pacho han visto recompensada su labor como
bibliotecarios en el centro. A falta de una sala de lectura y un archivo
de libros en el colegio, ellos mismos crearon el Kiosco de Don Miguel y
hoy son quienes se encargan de gestionarlo. Por su originalidad y los
beneficios que ha supuesto para el alumnado, el proyecto ha sido
premiado con el tercer puesto en la VI Conferencia Internacional de
Fomento de la Lectura y la Escritura, organizada por la Sociedad Canaria
Elio Antonio de Nebrija en Icod de los Vinos.
La idea partió del
jefe de estudios del colegio, Miguel Mederos, a fin de crear una
biblioteca en el centro para extender el hábito de leer entre los
alumnos. Los chicos le pusieron el nombre del Kiosco de Don Miguel en
homenaje a su profesor y por la enorme cantidad de revistas que
consiguieron reunir. Los primeros libros fueron regalos de amigos,
profesores y padres de alumnos.
Actualmente, esta biblioteca tan
singular cuenta con gran variedad de ejemplares. Por un lado, están los
cuentos y revistas infantiles de entretenimiento. Otra parte de la
bibliografía sirve como apoyo a los proyectos educativos con los que
cuenta el centro, de manera que los niños compaginan su tiempo de ocio
con su formación. Un ejemplo de este tipo de libros son los que tratan
sobre educación vial y agricultura, que refuerzan las iniciativas del
huerto ecológico y del aprendizaje de normas de tráfico que desarrolla
el colegio.
Además, el Kiosco de Don Miguel promueve la vocación
social entre los estudiantes, ya que presta libros relacionados con ONG
como la Asociación de Padres de Personas con Autismo de Tenerife
(Apanate). De esta forma, aprenden la labor que realiza cada fundación y
cómo pueden ayudar a los compañeros del colegio que tienen problemas de
este tipo. "El primer niño que reservó un libro en el Kiosco de Don
Miguel fue un alumno con autismo al que le encanta leer libros de
dinosaurios", destaca el jefe de estudios con satisfacción.
Son
los propios estudiantes del CEIP Montaña Pacho quienes se encargan
voluntariamente de organizar el fondo bibliográfico y gestionar los
préstamos, que son gratuitos e ilimitados en tiempo y número de libros.
Es a la hora del recreo cuando los alumnos, que pertenecen a todos los
cursos, acuden a la biblioteca para recoger los ejemplares. "Muchos
aprovechan el descanso para leer", explica Miguel Mederos. "Ese es el
principal objetivo de iniciativas como esta: que la lectura se vea como
un hobby y no como una obligación, que es lo que ocurría antiguamente,
porque de esa manera nunca llegará a gustarles la lectura".
Marcapáginas
El
Kiosco de Don Miguel está decorado por los propios alumnos, que
escriben cuentos, confeccionan marcapáginas y construyen las estanterías
de la biblioteca a base de cartón reciclado, de manera que también se
fomenta la creatividad y el cuidado del medio ambiente. Según Mederos,
"todo forma parte de la filosofía principal que seguimos en el colegio,
que consiste en dejar a los niños que gestionen por sí mismos sus
propias actividades para que puedan sentirse útiles y acatar
responsabilidades voluntariamente, lo que les hace mejorar como personas
y poder evadirse de los problemas sociales en los que se ven
envueltos".
Este proyecto cuenta también con la colaboración de
los profesores del centro, que aportan sus ideas. "Queremos que se
conviertan en buenos lectores y esta es la base para que en un futuro
puedan llegar a leer a los clásicos y disfrutar con ellos", afirma
Mederos, para añadir que "estoy muy satisfecho de que se haya reconocido
el proyecto a través de un premio, porque así puede servir de ejemplo
para otros centros educativos".
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