ALBA BLANCO (La Opinión) En contra de quienes piensan que el silbo gomero es una tradición pasada
de moda y en desuso, hay quienes se interesan en la actualidad por
recuperar el lenguaje de los guanches. Así se ha hecho ver en el primer
taller de silbo gomero que se imparte en La Laguna, que comenzó ayer en
el exconvento de Santo Domingo y para el que se han inscrito medio
centenar de laguneros.
Puesto que el cupo era de 40 alumnos, el
resto han pasado a una lista de reserva que, probablemente, obligará a
la Concejalía de Cultura, organizadora del curso, a convocar una segunda
edición. "Nunca pensamos que podría tener tan buena acogida", asegura
el profesor, Arón Morales.
El taller se impartirá durante seis
días: hasta mañana y de lunes a miércoles de la próxima semana, en
horario de 18:00 a 19:30 horas. "Aunque tenemos alumnos portugueses e
incluso alemanes, la mayoría son de origen gomero y quieren aprender a
utilizar el silbo como lo hacían sus antepasados, porque no lo conocen y
es parte de su tierra", matizó Morales.
Las clases tendrán un
contenido teórico y una parte práctica. En primer lugar, los alumnos
estudiarán las diferentes hipótesis acerca del origen del silbo y su
evolución a lo largo de la historia. En segundo lugar, deberán aprender a
silbar. Según el profesor, "es complicado emitir el sonido". "Depende
de la persona, hay quien lo consigue en un día y hay quien tarda hasta
un año, como yo", reconoce entre carcajadas.
Además, los
participantes deberán aprender a descifrar los mensajes. "Si hay suerte y
alguno consigue silbar y entender, les enseñaré a comunicarse", aseguró
Morales. Este joven gomero de 27 años, doctorando en Historia Moderna,
aprendió a silbar en el colegio, pues durante los años 90, la
legislación insular que se creó para salvaguardar esta práctica obligó a
todos los centros de primaria y secundaria de La Gomera a incluir el
silbo como asignatura obligatoria dentro del plan de estudios. Por esta
razón, matiza Arón, "las únicas generaciones que conocen este sistema de
comunicación en la actualidad son jóvenes que lo aprendieron en la
escuela en mi época o gente mayor que lo vivió cuando aún se utilizaba
comúnmente".
Una vez que la asignatura empezó a ser optativa,
Morales continuó su estudio durante tres años. Realizó exhibiciones por
todos los municipios de La Gomera y fue seleccionado para realizar
muestras en Tenerife y Gran Canaria. Posteriomente, trabajó en
restaurantes explotando la vertiente turística de esta tradición y viajó
a la Península para mostrarla. Además, ha sido alumno de los maestros
silbadores Isidro Ortiz Mendoza y Lino Rodríguez y, desde 1995, viene
desarrollando una labor activa en la recuperación y mantenimiento de las
tradiciones musicales de La Gomera.
El curso de la Concejalía de
Cultura surge con el objetivo de apoyar la conservación de esta
práctica. María José Castañeda, responsable del departamento, manifestó
que "me hace especial ilusión poner en marcha este taller, fruto de un
compromiso que adquirió nuestra área hace tiempo en la Plaza del
Cristo".
En cuanto al origen del silbo gomero, hay diferentes
teorías. Mientras que unas afirman que era el lenguaje utilizado por los
primeros pobladores de las Islas, otras aseguran que se trata de un
recurso que los guanches inventaron en La Gomera y otras zonas de las
Islas –como El Hierro o Tenerife– para poder comunicarse en zonas de
orografía escarpada, ya que el silbido permitía salvar las superficies
montañosas.
Mientras que en el resto del Archipiélago esta
práctica desapareció, en La Gomera se mantuvo gracias a que fue
utilizada por los pobladores colombinos para comunicarse durante la
Conquista sin que los castellanos les entendieran.
Actualmente,
el silbo gomero se utiliza sobre todo como recurso turístico y
folclórico, aunque aún hay algunos mayores que se sirven de esta
práctica en las medianías de la Isla colombina.
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