martes, 23 de abril de 2013

Los oficios regresan a la calle

Más de 30 artesanos venden sus productos en los alrededores de La Concepción 

 

Joyas, trajes tradicionales, muñecas, velas o zurrones. Todo ello se puede adquirir en cualquier tienda, pero adquiere un valor especial si lo hace uno mismo con sus propias manos. Esta es la idea que quieren transmitir la treintena de artesanos que se dan cita estos días en la Plaza de La Concepción, donde no solo muestran su trabajo sino que enseñan a estudiantes, vecinos y visitantes a elaborar sus productos.


La Muestra de Artesanía y Oficios Tradicionales organizada por el área de Desarrollo Local del Ayuntamiento de La Laguna, comenzó ayer y se prolongará durante todo el día de hoy desde las diez de la mañana hasta las 20:30 horas, como parte de los Días Europeos de la Artesanía. Esta muestra supone una apuesta más de la Concejalía de Empleo y Desarrollo Local que dirige Mónica Martín por la promoción de los oficios locales. Prueba de ello es la creación de la marca Aguere Artesana, promovida por la edil en colaboración con los representantes de este sector en el municipio, con el objetivo de fomentar y conservar estas prácticas.

En este sentido, la concejal del PSOE ha señalado que "la artesanía no solo es arte, puesto que también genera industria". "Estamos intentando hacer una labor de protección y conservación de las artes tradicionales, pues nos preocupa que algunos oficios puedan desaparecer porque no haya aprendices", declaró Martín.

Según la edil, "esta feria es una actividad cultural que ayudará a dinamizar el municipio, que también es uno de nuestro objetivos. De hecho, ayer disfrutamos de la visita de varios colegios, como Las Dominicas, que junto con los vecinos y los turistas provocaron el entusiasmo de los artesanos y el éxito de los talleres organizados", añadió la responsable del área de Desarrollo Local.

La muestra supone una oportunidad más para que ceramistas luthiers, caladoras, vidrieros, joyeros, tejedores y restauradoras, entre otros, puedan vender sus productos y enseñar a los laguneros las técnicas de su trabajo y las herramientas y materiales que se emplean en cada oficio, a través de talleres de una hora de duración impartidos por los distintos artesanos.

Asimismo, los más pequeños tienen a su alcance algunas actividades lúdicas, como actuaciones musicales, que hacen que la celebración sea lo más agradable posible para los asistentes y que animan el entorno de trabajo de los artesanos presentes.

José Ángel García es el único cuchillero tradicional que hay en Tenerife. Ayer trasladó su taller de Punta del Hidalgo hasta La Concepción para dar muestra de su trabajo, que tuvo que aprender en Las Palmas de Gran Canaria, puesto que en la Isla se había extinguido el oficio.

Cuchillero
García emplea el acero de carbono pulido en una fragua al estilo tradicional para formar la hoja del cuchillo, y cuerno de cabra, vaca o carnero para el cabo, que trabaja al estilo de la taracea. "Cada pieza tarda en hacerse de cuatro a cinco días, por eso su precio oscila entre los 80 y los 180 euros", explica García, para añadir que "quien viene a comprar cuchillos canarios sabe que son caros por el esfuerzo que llevan detrás". "Por ejemplo, los cuernos tienen que dejarse secar al menos un año y medio porque, al ser de parafina, si permanecen húmedos el relieve de la taracea queda desigual", apunta.

A su lado, Jaime Rodríguez expuso sus zurrones artesanos, que cuestan 60 euros. Este palmero afincado en la capital es uno de los últimos profesionales que sobreviven en el oficio que heredó por tradición familiar desde sus bisabuelos. Rodríguez emplea dos días en elaborar cada pieza, desde que obtiene la piel de cabrito, la limpia y la deja secar hasta que queda perfectamente curtida.

"Luego se hacen los pliegues y el zurrón ya está listo para hacer gofio", explica Rodríguez, a la vez que se lamenta de que la crisis haya mermado notablemente las ventas del gremio.

Para sortear el bache económico, María Candelaria Alonso ha adaptado sus precios y productos al público, elaborando, además de los centros florales y ramos tradicionales, bisutería hecha con detalles vegetales, todos modelados a mano y pintados a base de acuarela y óleo. "Son cosas que la gente lleva puestas y que se pueden adquirir a partir de dos euros y hasta 35", apunta la artesana, quien afirma que "al principio se hacían con miga de pan y aún se mantiene la manteca como uno de los materiales empleados".

Alonso lleva 15 años dedicándose a esta profesión, que heredó de su tía, venezolana de origen. "Desde pequeña me han gustado mucho las manualidades y este es un trabajo puramente artesanal", indica la artista.

Javier González regenta un taller de títeres y malabares junto con su mujer desde hace siete años. "Son artículos que tienen magia, como todos los juguetes infantiles", considera el artesano, quien aprendió el oficio en la calle. "Siempre habíamos trabajado con niños y este oficio nos permite desarrollar nuestra imaginación y plasmar las ideas propias", indica González.

Sus marionetas oscilan entre los siete y los 15 euros. "En el precio va incluido el cariño que ponemos en todo lo que hacemos y muchas horas de trabajo", considera. Según el artesano, "cada muñeco es diferente y lo más complicado es decorar la gomaespuma con la hacemos las caras".

González, por su parte, agradece la oportunidad que les ofrece una feria como esta. "Las ventas han bajado tanto que hoy en día los artesanos necesitamos volver a la calle para vender", concluye el artesano.
 

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