Los oficios regresan a la calle
Más de 30 artesanos venden sus productos en los alrededores de La Concepción
ALBA BLANCO (La Opinión)
Joyas, trajes tradicionales, muñecas, velas o zurrones. Todo ello se
puede adquirir en cualquier tienda, pero adquiere un valor especial si
lo hace uno mismo con sus propias manos. Esta es la idea que quieren
transmitir la treintena de artesanos que se dan cita estos días en la
Plaza de La Concepción, donde no solo muestran su trabajo sino que
enseñan a estudiantes, vecinos y visitantes a elaborar sus productos.
La
Muestra de Artesanía y Oficios Tradicionales organizada por el área de
Desarrollo Local del Ayuntamiento de La Laguna, comenzó ayer y se
prolongará durante todo el día de hoy desde las diez de la mañana hasta
las 20:30 horas, como parte de los Días Europeos de la Artesanía. Esta
muestra supone una apuesta más de la Concejalía de Empleo y Desarrollo
Local que dirige Mónica Martín por la promoción de los oficios locales.
Prueba de ello es la creación de la marca Aguere Artesana, promovida por
la edil en colaboración con los representantes de este sector en el
municipio, con el objetivo de fomentar y conservar estas prácticas.
En
este sentido, la concejal del PSOE ha señalado que "la artesanía no
solo es arte, puesto que también genera industria". "Estamos intentando
hacer una labor de protección y conservación de las artes tradicionales,
pues nos preocupa que algunos oficios puedan desaparecer porque no haya
aprendices", declaró Martín.
Según la edil, "esta feria es una
actividad cultural que ayudará a dinamizar el municipio, que también es
uno de nuestro objetivos. De hecho, ayer disfrutamos de la visita de
varios colegios, como Las Dominicas, que junto con los vecinos y los
turistas provocaron el entusiasmo de los artesanos y el éxito de los
talleres organizados", añadió la responsable del área de Desarrollo
Local.
La muestra supone una oportunidad más para que ceramistas
luthiers, caladoras, vidrieros, joyeros, tejedores y restauradoras,
entre otros, puedan vender sus productos y enseñar a los laguneros las
técnicas de su trabajo y las herramientas y materiales que se emplean en
cada oficio, a través de talleres de una hora de duración impartidos
por los distintos artesanos.
Asimismo, los más pequeños tienen a
su alcance algunas actividades lúdicas, como actuaciones musicales, que
hacen que la celebración sea lo más agradable posible para los
asistentes y que animan el entorno de trabajo de los artesanos
presentes.
José Ángel García es el único cuchillero tradicional
que hay en Tenerife. Ayer trasladó su taller de Punta del Hidalgo hasta
La Concepción para dar muestra de su trabajo, que tuvo que aprender en
Las Palmas de Gran Canaria, puesto que en la Isla se había extinguido el
oficio.
Cuchillero
García emplea el acero de carbono
pulido en una fragua al estilo tradicional para formar la hoja del
cuchillo, y cuerno de cabra, vaca o carnero para el cabo, que trabaja al
estilo de la taracea. "Cada pieza tarda en hacerse de cuatro a cinco
días, por eso su precio oscila entre los 80 y los 180 euros", explica
García, para añadir que "quien viene a comprar cuchillos canarios sabe
que son caros por el esfuerzo que llevan detrás". "Por ejemplo, los
cuernos tienen que dejarse secar al menos un año y medio porque, al ser
de parafina, si permanecen húmedos el relieve de la taracea queda
desigual", apunta.
A su lado, Jaime Rodríguez expuso sus zurrones
artesanos, que cuestan 60 euros. Este palmero afincado en la capital es
uno de los últimos profesionales que sobreviven en el oficio que heredó
por tradición familiar desde sus bisabuelos. Rodríguez emplea dos días
en elaborar cada pieza, desde que obtiene la piel de cabrito, la limpia y
la deja secar hasta que queda perfectamente curtida.
"Luego se hacen
los pliegues y el zurrón ya está listo para hacer gofio", explica
Rodríguez, a la vez que se lamenta de que la crisis haya mermado
notablemente las ventas del gremio.
Para sortear el bache
económico, María Candelaria Alonso ha adaptado sus precios y productos
al público, elaborando, además de los centros florales y ramos
tradicionales, bisutería hecha con detalles vegetales, todos modelados a
mano y pintados a base de acuarela y óleo. "Son cosas que la gente
lleva puestas y que se pueden adquirir a partir de dos euros y hasta
35", apunta la artesana, quien afirma que "al principio se hacían con
miga de pan y aún se mantiene la manteca como uno de los materiales
empleados".
Alonso lleva 15 años dedicándose a esta profesión,
que heredó de su tía, venezolana de origen. "Desde pequeña me han
gustado mucho las manualidades y este es un trabajo puramente
artesanal", indica la artista.
Javier González regenta un taller
de títeres y malabares junto con su mujer desde hace siete años. "Son
artículos que tienen magia, como todos los juguetes infantiles",
considera el artesano, quien aprendió el oficio en la calle. "Siempre
habíamos trabajado con niños y este oficio nos permite desarrollar
nuestra imaginación y plasmar las ideas propias", indica González.
Sus
marionetas oscilan entre los siete y los 15 euros. "En el precio va
incluido el cariño que ponemos en todo lo que hacemos y muchas horas de
trabajo", considera. Según el artesano, "cada muñeco es diferente y lo
más complicado es decorar la gomaespuma con la hacemos las caras".
González,
por su parte, agradece la oportunidad que les ofrece una feria como
esta. "Las ventas han bajado tanto que hoy en día los artesanos
necesitamos volver a la calle para vender", concluye el artesano.
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