lunes, 25 de junio de 2012

Hacer un libro a la japonesa

LA LAGUNA (La Opinión) Las técnicas de encuadernación japonesas son las más preciadas en el mundo de la librería por su delicadeza y sencillez. Gracias a la Fundación Cristino de Vera, una veintena de laguneros tienen la oportunidad desde ayer y durante cinco días de aprender los procedimientos básicos utilizados durante sus 1.500 años de historia de la mano de Eduardo Giménez, el único profesional de España en esta materia.

Este experto, que vivió y trabajó en Japón durante dos años, enseña a los 18 alumnos los orígenes de esta técnica y su evolución desde el siglo V, cuando se adoptó de China y consistía en cortes de seda o papel doblados en forma de rollo. Además, conocerán los diferentes formatos, estructuras, materiales y métodos de construcción de los libros tradicionales orientales.

En la parte práctica, los aprendices encuadernarán tres tipos de libros según los modelos tradicionales: el de cuatro agujeros, el más común en Japón; el de acordeón, sobre todo utilizado para libros de caligrafía y escultura; y el de doble hoja, que surgió para evitar que la tinta traspasara las páginas, ya que estas están confeccionadas a base de un papel extremadamente fino o con tela de algodón.

Además, durante estos cinco días los alumnos construirán con sus propios materiales un estuche cruzado con cierres japoneses de hueso a base de las técnicas aprendidas, para guardar en él los tres libros encuadernados. "Es un curso muy útil sobre todo para restauradores y conservadores de museos, bibliotecas y archivos que deben saber cómo enfrentarse al estudio, catalogación y restauración de un fondo de libros oriental por el especial cuidado que estos necesitan", explicó el maestro.

Eduardo Giménez lleva 13 años dedicado a la enseñanza de la encuadernación y es profesor y director de la Escuela de Encuadernación Libro de Zaragoza, fundada en 2006. Compagina su labor docente con la realización de obras por encargo para instituciones públicas y privadas.

Actualmente, el uso de la encuadernación tradicional japonesa se reduce a libros de invitados, álbumes de caligrafías, libros de artista y algunas ediciones especiales de libros impresos. No obstante, estas encuadernaciones atraen a numerosos artistas contemporáneos, calígrafos, fotógrafos, encuadernadores y editores que desean dar un soporte original a sus creaciones.


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