SANTA CRUZ DE TENERIFE (La Opinión)
"Al llegar al barrio yo sabía que algo pasaba. La gente estaba nerviosa y
había muchas vecinas en la calle". Son palabras de una de las testigos y
afectadas de la reyerta, que reside en el edificio desde donde la banda
de Ofra se defendió del ataque de la de Añaza. Al llegar a casa la
tarde del miércoles, sobre las 18:20 horas, una vecina la alertó para
que retirara su coche del aparcamiento de la calle Bencheque, pues el
grupo de Añaza estaba al venir, ya que habían acudido en busca de apoyo
tras una pelea anterior, y presentían que los vehículos serían objeto de
su ira.
A pesar de que esta anónima retiró su vehículo y lo estacionó en una zona más alejada, el coche no pudo librarse del ataque de los delincuentes, mientras su propietaria observaba atemorizada desde la ventana de su casa cómo un joven estallaba la luna trasera con un bate de béisbol.
Según relató a este diario, esta testigo pudo ver en su portal cómo la banda local de Ofra recolectaba piedras y botellas de cristal en una lona negra para subirlas hasta la azotea de su edificio, donde esperaron a sus contrincantes para atacarles.
Cuando se inició la reyerta, el temor atrincheró a esta vecina en su casa, que no se atrevió a salir, amedrentada por los gritos que oía en la escalera. "Me asomé a la ventana y vi cómo las piedras caían desde mi azotea y cómo un joven corría con un machete dirigiendo a un grupo con pistolas y bates de béisbol", explicó esta vecina de Ofra. La testigo de los hechos permaneció en su casa hasta casi las 19:00 horas, cuando asegura que la banda llegada de Añaza inició una pelea con sus enemigos que se desplazó hasta una zona más lejana.
Esta vecina, que conoce a los integrantes de la banda del barrio, asegura que estos jóvenes son conocidos en la zona como gente conflictiva. Sin embargo, el miedo a posibles represalias hace a los vecinos permanecer en silencio. Según esta mujer, los mismos jóvenes mantuvieron una reyerta similar en el barrio hace dos años en la que también se utilizaron piedras como armas de ataque.
Esta testigo recogió ayer su coche del taller tras los deperfectos causados por la banda de Añaza. Ahora reposa en las inmediaciones del barrio alejado del parking donde sucedieron los hechos, pues efectivos de la Policía Nacional recomiendan que así se haga por un tiempo.
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