LA LAGUNA (La Opinión) Cazoletas excavadas en la piedra o figuras geométricas grabadas en las
paredes de las cuevas son algunos de los restos aborígenes que aún hoy
pueden descubrirse en el Barranco del Muerto a su paso por el barrio
lagunero de San Matías. Profesores y alumnos del instituto de la zona
quieren aprovechar este yacimiento para que sirva como museo para
turistas y laguneros, donde aprender acerca de las costumbres y el modo
de vida de los guanches.
Tras el rastreo de la zona por parte de los arqueólogos del Cabildo de Tenerife en 2003, el Barranco del Muerto fue designado Bien de Interés Cultural, lo que exige una protección que, según el consejo escolar del centro, no ha sido garantizada por las instituciones. Para hacerlo, hace dos años que los profesores del departamento de Ciencias Sociales del IES San Matías se embarcaron en un proyecto que han presentado ya en diferentes reuniones con responsables del Cabildo y de los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna.
Este consiste en la construcción de un parque etnológico en el Barranco del Muerto con senderos y zonas de recreo donde los visitantes puedan descubrir los restos y otras reconstrucciones de las tradiciones de la época prehispánica. "Es una zona muy buena porque está cerca de Santa Cruz de Tenerife y no cuesta nada traer a los cruceristas en guagua, que pasen aquí el día y que conozcan cómo vivían nuestros antepasados", piensa Jaime Mir, director del IES San Matías.
Según Mir, "no hay ningún yacimiento aborigen que pueda visitarse en toda la Isla, como sucede en Gran Canaria o La Palma. Aquí todo permanece en secreto". "Por eso, creemos que esta es una buena oportunidad para que la gente pueda conocer de cerca su propio patrimonio", asegura el director.
Por otro lado, el instituto propone construir sus instalaciones un centro de visitantes en el que los escolares reciban a los alumnos de otros colegios y les muestren en itinerarios guiados los restos del yacimiento. Además, el IES San Matías ha destinado una parte de sus aulas a la construcción de talleres en los que exponer los trabajos realizados por su alumnado sobre el modo de vida aborigen.
Mientras que el año pasado los profesores se dedicaron a explorar el barranco y estudiar los restos para utilizarlos como materia de estudio en el instituto, este año los estudiantes de 1º de ESO y bachillerato han trabajado la etapa prehistórica en dos proyectos diferentes. Los más pequeños han confeccionado trajes y prendas aborígenes con pieles de cabra en las asignaturas de sociales y plástica. Los de bachillerato, por su parte, han estudiado con los profesores de filosofía y dibujo la cerámica guanche y han aprendido a elaborar sus alimentos básicos de manera artesanal.
Una de las tareas en las que se encuentra inmerso el profesorado del IES San Matías es averiguar la procedencia del nombre del Barranco del Muerto, aún desconocido. "Se piensa que es porque desemboca en la Playa del Muerto, pero también se comenta que puede haber alguien que se haya matado al precipitarse por el acantilado, incluso que los vecinos lanzaban a los animales para sacrificarlos", explica Juana Navarro, profesora de Ciencias Sociales.
Según la maestra, las cazoletas aborígenes que se encuentran excavadas en los suelos del yacimiento "están conectadas entre sí porque los llenaban con leche, uno de los alimentos básicos de los guanches, y les servían para realizar ritos con los que predecían el clima". Navarro asegura que la existencia de pozas naturales en el cauce del barranco es una señal clara de que allí hubo un asentamiento de población en la época prehispánica.
En esta zona también se encuentra el yacimiento de petroglifos o grabados en piedra, tanto geométricos como alfabéticos, más importante de Tenerife. Sisa Padrón, vicedirectora del centro, subraya que "hasta ahora solo están documentados estos restos, pero seguro que limpiando la zona se encuentran muchos más".
No hay comentarios:
Publicar un comentario