LA LAGUNA (La Opinión)
El barrio lagunero del Coromoto acoge una actividad extraescolar para
niños de siete a 14 años única en toda Canarias: se desarrolla en la
academia RoboTechnic´s, donde los alumnos aprenden a construir y manejar
robots con piezas de Lego.
Durante estos cursos, los niños experimentan con sensores, investigan sobre los principios físicos que esconde la robótica, analizan las características de los autómatas y aprenden a programar, de manera que descubren el funcionamiento de los robots y adquieren los conocimientos necesarios para construir cualquier máquina que se les antoje. Mediante la plataforma Lego Mindstorms, los alumnos fabrican las máquinas y además programan los equipos que las dirigen.
"La robótica es la gran desconocida, porque todos los aparatos que usamos a diario utilizan mecanismos de esta materia que la gente no sabe cómo funcionan", explica Alfredo Díaz, responsable de RoboTechinic´s. Según él, "es un juego de niños, porque mis alumnos sí se interesan por cómo funcionan las máquinas por dentro".
Este lagunero fundó el centro de robótica educativa el pasado mes de enero. "Soy fan de Lego de toda la vida y llevo trabajando 20 años con este tipo de piezas", cuenta Díaz, para añadir que "la gente sentía curiosidad por el que era mi hobby y me sugirieron que enseñara a los niños a usar este juguete tan habitual".
Díaz estudió un módulo de Electrónica en el IES César Manrique de la capital. Cuenta de sí mismo que "siempre he sido una persona muy creativa y he fabricado con las manos cuanto se me ocurría". "Con cartón y cola puedo llegar a hacer maravillas, por ejemplo muñecos, títeres o maquetas", subraya. Tras dos años estudiando la viabilidad de un proyecto tan novedoso como era un taller de robótica, Díaz decidió arriesgarse y ahora se siente satisfecho de que haya tenido "una buena acogida".
Las clases son prácticamente personalizadas. Cada alumno elige cuándo acudir de martes a sábado en horario de 16:00 horas a 19:30 y de 10:00 a 13:30 los fines de semana. Lo recomendable es asistir una vez por semana, lo que supone un coste de 22 euros, aunque la frecuencia depende de la voluntad de cada niño. Por este precio y durante una hora y media, el alumno tiene derecho a las actividades y al uso libre de los materiales que se encuentran en el aula.
Se trata de un recinto amplio y luminoso plagado de pequeñas máquinas de Lego repartidas entre las diferentes estanterías, grandes mesas y plataformas. A un lado, los alumnos disponen de ordenadores con los que aprenden a programar los robots, mientras que en el otro hay una pila de cajas de plástico donde se almacenan por orden un sinfín de piezas de los más diversos colores y formas.
En cada clase, el profesor plantea una actividad o proyecto diferente a modo de reto que los alumnos deben resolver con su ayuda y usando la imaginación. "Se trata de enseñarles cómo funcionan los programas Lego Master y Lego Technics para que, posteriormente, ellos desarrollen al máximo su creatividad y construyan lo que se les ocurra", explica Alfredo Díaz.
Según el profesor, los niños que participan en los cursos no tienen experiencia previa pero son aficionados a este tipo de juegos. Su capacidad intelectual suele ser superior a la media. "Son niños muy creativos que se aburren con facilidad", afirma. "Necesitan algo más que el resto".
Aunque la mayoría de los alumnos son chicos, entre la decena de estudiantes que participan actualmente en las clases también hay niñas. Según aclara Díaz, "suelen ser más rápidas y realizar construcciones muy coloridas".
El objetivo de estos talleres es, principalmente, desarrollar la creatividad de los niños y fomentar en ellos vocaciones tecnológicas para futuras profesiones, como ingenierías, diseño gráfico o programación, carreras para las que los conocimientos que se imparten en Robotechnic´s ayudan bastante.
Futbolista
Luis Ardevo, de 11 años, quiere ser de mayor "primero ingeniero robótico y después, futbolista". Por eso lleva seis meses asistiendo a las clases de Alfredo. Desde entonces, de las máquinas que ha hecho la que más le ha costado ha sido un robot con ruedas que caminaba y otro que representaba un muñeco de sumo que se levantaba gracias a unas pinzas. "Siempre me ha gustado construir", reconoce el niño, que asegura: "Tengo muchos juguetes de Lego en casa que he ido construyendo desde que era más pequeño, como el parque de bomberos o el de la policía".
Luis será uno de los participantes en el torneo internacional First Lego League Canarias, que promueve la ciencia y la innovación tecnológica en escolares de todo el mundo. En esta iniciativa participarán más de 200.000 jóvenes de 60 países de todo el mundo y la Isla será sede en su desafío regional, que se celebrará el 23 de febrero en el Auditorio Infanta Leonor de Arona. "Todo lo que se puede imaginar puede hacerse con Lego", asegura Alfredo Díaz, "desde un vehículo solar hasta una rana o un escorpión".
No hay comentarios:
Publicar un comentario