miércoles, 13 de marzo de 2013

Los laguneros de Anaga aceptan que el Macizo sea Reserva de la Biosfera

Todas las instituciones apoyaban la iniciativa desde 2011 salvo estos vecinos

 

Los vecinos de los cinco caseríos laguneros pertenecientes al Parque Rural de Anaga finalmente han cedido. Tras más de un año de insistencia por parte del Ayuntamiento de La Laguna para lograr su apoyo, los residentes se han sumado a la propuesta del Consistorio para que la zona sea declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, una iniciativa que quedó en agua de borrajas hace dos años por la negativa vecinal, a pesar de contar con el apoyo de todas las instituciones.

En mayo de 2011, la oposición de los vecinos de Chinamada, El Batán, El Río, Cabeza de Toro y Bejías consiguió paralizar la propuesta de los ayuntamientos de Tegueste y Santa Cruz –los dos que junto al de La Laguna tienen propiedad sobre la zona– y del Cabildo de Tenerife –entidad gestora del Macizo–, cuando se intentó por primera vez conseguir este distintivo. El Consistorio lagunero, a pesar de mostrarse a favor, contaba desde entonces con la oposición de los vecinos de Las Montañas, quienes consideraron que esto supondría un cúmulo de restricciones y prohibiciones sobre la zona que habitan.

Miguel Ángel González, concejal responsable de la zona en el Ayuntamiento de La Laguna, achaca dicha oposición a la falta de información y a que "los vecinos pensaron que se crearía un nuevo órgano gestor del Parque, independiente de la oficina que lo administra actualmente".

Beneficios
 
Fue entonces cuando comenzó un periodo de negociaciones con los residentes por parte del Consistorio, para informarles de los beneficios que supondría este distintivo para Anaga y de que la gestión del Parque continuaría liderada por la oficina sin más restricciones que las plantea el nuevo Plan General de Ordenación y el propio Macizo.

Finalmente, el Ayuntamiento de La Laguna ha conseguido hace tan solo unos días el apoyo unánime de los residentes laguneros de los caseríos, lo que permitirá dar luz verde a la candidatura de Anaga para la presente convocatoria de la Unesco, que finaliza el próximo día 29. 

Miguel Ángel González, quien ha ejercido de mediador con los vecinos de Las Montañas para lograr el acuerdo social, se mostró ayer orgulloso de que la declaración como Reserva de la Biosfera sirva como "un premio a la convivencia de siglos entre los habitantes de los caseríos y este enclave natural de excepción". 

A su vez, la edil de Medio Ambiente, Cristina Darias, señaló que, de obtenerse, esta distinción supondría "un sello de calidad para Anaga y un indudable atractivo turístico para la isla de Tenerife".

Tras lograr el visto bueno de los vecinos, el Ayuntamiento de La Laguna tendrá que salvar un último escollo para que el Macizo de Anaga sea declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Para sacar adelante el proyecto, tendrá que someterse previamente a la votación del Gobierno local, para lo cual se presentará mañana como una de las mociones a aprobar en el pleno municipal.

González confía en obtener el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas municipales. De ser así, La Laguna se convertirá en entidad promotora de esta candidatura junto a los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y de Tegueste y al Cabildo de Tenerife.

Si la propuesta fuera aprobada por la Corporación, el Gobierno local elevaría el borrador al Cabildo y al Gobierno de Canarias para, a través del Ministerio de Medio Ambiente, hacerlo llegar a la sede de la Unesco en París antes del próximo 29 de marzo, último día para presentar las candidaturas. Desde entonces, González calcula que "la decisión tardaría en resolverse menos de un año". 

La Reserva Mundial correspondería en un 71,9% a Santa Cruz, un 20,5% a La Laguna y el 7,5% a Tegueste. Sin embargo, la distinción no traerá consigo ningún tipo de subvención de la Unesco, organismo que otorga dicho título. Además, las bonificaciones a las que antes optaban estos espacios se han visto reducidas de manera considerable por la crisis, con lo que su declaración es simbólica.

Para este nombramiento, Tenerife y Anaga no lucharían con otras zonas, como sí ocurre con las declaraciones como Patrimonio de la Humanidad. 

Conservación 
Las reservas de la Biosfera se otorgan a espacios de constatable riqueza natural y cultural, con el objetivo de impulsar la preservación de dichos valores y la gestión sostenible de sus recursos. La principal función de estos espacios es, además de la conservación y protección de la biodiversidad del lugar, el desarrollo económico y humano de la zona en la que esté inmerso, así como también favorecer la investigación, la educación y el intercambio de información entre las diferentes reservas de la biosfera.

La propuesta del Macizo de Anaga ocupa un espacio marítimo-terrestre igual al de la cuarta parte de Tenerife. Comprende el extremo nororiental más su franja marina perteneciente a la Reserva Marina de Interés Pesquero y a los sebadales de San Andrés y Antequera. La extensión total es de 49.759 hectáreas, de las cuales 16.495 son terrestres y 32.264 marinas. El él residen casi 22.000 vecinos en núcleos dispersos. 

El hecho de ser una de las zonas más antiguas de la Isla permite que el Macizo disponga de una enorme variedad biológica en la que están representados todos los ecosistemas insulares, a excepción del de alta montaña.

El territorio cuenta con un alta diversidad de especies de laurisilva, una de las mejores representaciones de cardonal-tabaibal en muy buen estado de conservación o reductos de palmerales y sabinares, entre otros valores, y alberga toda una fauna y flora rica en endemismos, así como una alta diversidad agrícola histórica que aún pervive.

 

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