domingo, 6 de noviembre de 2011

Venancio García, un poeta sin maestro

LA LAGUNA (La Opinión) "La poesía fluye de mis adentros". Este es el lema de Venancio García, el vecino de Valle de Guerra que fue homenajeado en el sexto aniversario de la asociación de mayores El Boquerón.


Este vallero de 68 años se declara un apasionado de la poesía, pero sólo de la que él escribe, pues lo más curioso de su historia es que no le gusta leer ni seguir a ningún otro escritor. Es por ello que en su literatura no existe influencia de ningún tipo.


Se basa en dar forma a sus sentimientos a base de la escritura. Para Antonio González, prologuista de la última publicación de este vallero, "Venancio no es un poeta, pero rima sentimientos y vivencias con un estilo sencillo y muy personal".


Pero más sorprendente es aún el hecho de que su formación escolar sea nula. Venancio escribe y lee con bastante dificultad, con los errores ortográficos y gramaticales propios de un principiante, y de quien ha trabajado desde muy temprana edad cargando tierra para preparar las huertas de plataneras en una zona rural, pues las necesidades de la época no le permitieron asistir a la escuela.


A pesar de ello, Venancio podría llegar a completar diez libros con todos los poemas que ha escrito a lo largo de su vida. Hasta el momento tan sólo ha publicado dos. El primero de ellos, Cantares y coplas de Venancio, salió a la venta en 2003 promovido por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna. El libro recoge en forma de verso las tradiciones y costumbres más típicas de las localidades tinerfeñas más cercanas al municipio, a las que ha dedicado cada uno de los poemas de este libro.


A la dificultad de la escritura para su autor se une la necesidad de rimar los versos de cada poema. Éste es su método: "La poesía se hace en bruto y luego se va rimando", afirma Venancio. Es en este campo en el que más seguro se siente, pues ha escrito desde rezos para santos hasta rondallas.


Para Venancio García, "hasta de una palabra nace una canción". De hecho, ofrece sus letras para la creación de canciones típicas canarias y colabora con varios grupos folclóricos de la zona. Con la rondalla compuesta para la Asociación musical Minfaya de Valle de Guerra se alzó con el segundo premio del Festival Folclórico Siete Islas.


Su segunda obra y la más reciente, El charco de las mujeres, relata en forma de prosa una historia real que, a pesar de aparentar estar escrita en primera persona, sus protagonistas son una pareja de vecinos del pueblo ya fallecidos, conocidos de Venancio García. En ella participan casi 30 personajes de Valle de Guerra, cuyas identidades se han ocultado tras nombres falsos para preservar su intimidad. Esto ha sido sin duda lo que más dificultad ha entrañado para el autor, ya que según sus palabras, por el hecho de tener que dominar tantos personajes tuvo que romper muchas hojas de libreta hasta terminar la novela.


El charco de las mujeres está ambientada en la zona vallera conocida como La Barranquera, lugar donde se sitúa la charca a la que antiguamente acudían las féminas para bañarse. El relato es un intento de recordar vivencias pasadas, ya que a este lugar retornarán sus protagonistas una vez alcanzada la vejez para rememorar sus mejores tiempos como adolescentes.




Lenguaje peculiar


Lo más llamativo que resulta de la prosa de Venancio García es el vocabulario que utiliza en su última novela. Esta se basa en palabras tradicionales típicas de la geografía canaria, que actualmente están en desuso y que tan sólo resultan familiares para los mayores. Palabras como rebujado o fotingo han llevado a la editorial Idea a publicar el libro, negándose a realizar cualquier tipo de modificación en la naturalidad y espontaneidad del lenguaje de su autor.


Dicho lenguaje ha llevado a muchos profesores de bachillerato de la Isla a recomendar a sus alumnos esta lectura para evitar así que se pierdan rasgos de la idiosincrasia canaria.También el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, valoró el estilo de la novela durante el reciente homenaje que se rindió a Venancio en el aniversario de la Asociación de mayores El Boquerón, por tratarse de una "seña de identidad canaria que hay que cuidar".


Venancio García asegura haberse sentido muy emocionado durante el acto, donde recibió el cariño de las 160 personas de la asociación, y profundamente agradecido con el Cabildo de Tenerife y el organizador del evento, Julio Rodríguez. Todos los asistentes destacaron de Venancio su dedicación total y desinteresada a las tradiciones del municipio, en cuyas fiestas religiosas participa desde hace más de 50 años.


En 1959, este vallero comenzó a colaborar con las fiestas de San Antonio de Tegueste, recolectando el dinero necesario para comprar el santo y promoviendo la celebración de las primeras novenas en el pueblo. Más tarde, trasladó esta fiesta hasta su localidad, Valle de Guerra. Además, fue el fundador de la cripta del pueblo y colaborador para la adquisición del reloj de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.


Actualmente, además de crear sus propias poesías para las fiestas de El Rosario y Valle de Guerra, se encuentra innmerso en la elaboración de su tercer libro, Ocho días y ocho noches con Macarena, una nueva novela romántica basada en hechos reales que tiene pensado publicar en dos tomos, y que transcurrirá entre Tenerife y Madrid.


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